APUNTES ELECTORALES SOBRE LA SEGURIDAD EN
VENEZUELA, ALGUNAS IDEAS PARA EL DEBATE
Muy
recientemente alguien me comentó que era necesario salir de Chávez porque se
sentía “estancada”, porque el país está estancado, esa afirmación me hizo
reflexionar sobre la situación del país en estos momentos. No siento que
Venezuela esté estancada, sino que más bien tuvo un serio retroceso en materia
electoral. La elección de 1998, fue una elección muy política, es decir, fue el
producto de una movilización social, de análisis crítico, incluso de contención
del cambio, en donde la población venezolana se involucró, en donde se
revisaron las propuestas, se discutían; hubo incorporación masiva de la
población venezolana en lo político, es decir en la discusión sobre lo colectivo,
sobre lo público.
Sin embargo,
luego de catorce años, hay una campaña que no tiene nada que ver con la del
98, que se parece más a la del 93. Ante
esta afirmación usted por lo menos se intrigará, sino es que la rechaza de
antemano, no obstante, permítame seguir con el planteamiento. Hoy día podemos
observar que una gran parte del discurso y acciones de la campaña (de todos los
candidatos) se basa en los números de las encuestas. Gran parte de la campaña
está concentrada en las diferencias porcentuales a favor de una opción u otra:
que si la noche anterior bajó por media hora, que si subió al amanecer, que si
los números son duros o blandos. Efectivamente las elecciones se ganan es con
votos, eso lo aprendí en mis tiempos en la Universidad Central “en tiempos
electorales hay que saber contar”, me enseñó un amigo; pero la guerra de
encuestas es el modelo norteamericano de hacer política, impuesto a casi todo
el mundo, a través de la retórica posmoderna y de las medidas neoliberales. Por
ello me preocupa que en una Venezuela, en donde hace catorce años inició
formal-institucionalmente un proceso de transformación, de “refundación de la
patria”, hoy día sus formas de hacer política-electoral sean muy similares a la
de otros países donde claramente hay imposiciones neoliberales.
Por estos
motivos, el presente escrito tiene algunas características, las cuales son
necesarias advertir, antes de que usted deseche o continúe la lectura:
1)
Son reflexiones que apuntan a profundizar en los
aspectos políticos (colectivos) de la campaña, en una posición claramente en
contra del hiper-mediatismo de los factores electorales (Gran Polo
Patriótico/Mesa de Unidad Democrática).
2)
Son reflexiones que apuntan a profundizar en los
contenidos de la campaña, en una franca oposición a los supuestos análisis que
evalúan los procesos políticos como si se tratara de un Caracas-Magallanes o de
un Miss Venezuela (contra Mario Silva y contra Leopoldo Castillo).
3)
Son reflexiones en base a las propuestas
electorales, por lo tanto, se debe leer el texto en ese contexto. Hice el
esfuerzo de leer ambos programas, e intentar escribir sobre lo que está
plasmado en los mismos.
4)
No busco que usted vote por uno u otro
candidato, sino promover la discusión, como base de la democracia, usted luego
de la discusión verá por quien votar. Yo sé por quién y por qué lo voy a hacer.
Lo que se
expone, es el resultado de la revisión de las propuestas en materia de
seguridad ciudadana presentadas por Hugo Rafael Chávez Frías y Henrique
Capriles Radonski ante el Consejo Nacional Electoral. Tomamos este tema, porque
este es un problema fundamental para nosotros los venezolanos, por lo tanto,
las propuestas en esta materia deben ser “el lomito” de las proposiciones
electorales. Si usted va a votar por Chávez o por Capriles o no sabe aún por
quién, no niegue la importancia de la reflexión argumentando que: “no es el
momento político camarada”, o “lo importante es salir de Chávez, luego
veremos”, en ambas posiciones el discurso mediático tiene más influencia que la
POLÍTICA. También puede negar la reflexión aludiendo al siguiente argumento:
¿Cómo es posible comprar a Chávez con Capriles? o ¿Cómo es posible comparar a
Capriles con Chávez? Sin embargo, esa es la dinámica de la democracia electoral.
Las propuestas
electorales no deben ser sólo un requisito a cumplir para inscribirse en el
organismo electoral, sino debe ser la base sobre la cual vamos a apoyar a tal o
cual candidato, o no apoyar a nadie, y sobre esas mismas propuestas evaluar al
gobierno, por ejemplo en un referéndum, de lo contrario, esta herramienta
política de los ciudadanos, será sólo un instrumento de las cúpulas políticas
para remover o intentar remover a quienes detentando puestos de representación
política no les favorezcan.
Contrario a
cualquier discurso mediático, tenemos que iniciar diciendo que la seguridad no
es un problema, el problema es la in-seguridad, por eso cuando escuchamos por
ahí frases como los “problemas de seguridad”, el planteamiento está mal
formulado.
NOTA 1: es un texto de 20 cuartillas,
porque nos parce ridículo, sumamente ridículo, intentar reflexionar sobre la
realidad en sólo 140 caracteres.
NOTA 2: así como las encuestas son
importantes para marcar tendencias electorales, también serían importantes para
medir las formas democráticas; las encuestadoras no deberían preguntar sólo por
quién votará el ciudadano, sino también si ese ciudadano ha leído las
propuestas electorales de los candidatos.
NOTA 3: no soy un experto en materia de
seguridad, sólo trato de reflexionar el tema y debatirlo, al final de este
documento puede encontrar referencias bibliográficas de publicaciones en la
materia.
NOTA 4: está escrito en primera persona
para reivindicar al sujeto político que lo escribe, algo que la fórmula de la
tercera persona invisibiliza sistemáticamente.
1. SOBRE LOS ENFOQUES
Capriles se
posiciona desde un enfoque subjetivo, la propuesta de Chávez se ubica desde una
posición más objetiva; esto significa que la propuesta de Capriles sólo toca el
ámbito subjetivo, mientras que la de Chávez el objetivo y el subjetivo. En la
propuesta de Capriles no encontré una definición concreta del problema a
abordar, sólo algunas frases que oscurecen
mucho más de lo que aclaran: “nuestra vida está en riesgo en cada
rincón del país”, “la violencia sigue matándonos y obligándonos a malos hábitos
y que la trampa se cuele en nuestra vida”, “la violencia nos ha obligado a
escondernos”, “salir a las calles es sentirnos nerviosos y vulnerables”, “no es
posible hacer vida parroquial”, “vivimos con miedo, mal y encerrados”. Por su
parte la Misión A Toda Vida Venezuela que es la propuesta de Chávez en materia
de seguridad, define lo siguiente: “La protección del Estado frente a un
conjunto de situaciones que constituyan
amenaza, vulnerabilidad o riesgo para el disfrute de los derechos de la población”. En este sentido, la propuesta prioriza
los objetos de la seguridad en: “La criminalidad y la percepción de
inseguridad. La accidentalidad vial [y] Los déficit de convivencia comunitaria
y ciudadana”.
La
in-seguridad tiene dos dimensiones, la objetiva y la subjetiva, la primera se
refiere al riesgo real al cual estamos sometidos las personas de ser víctimas
de algún delito, esta dimensión se construye a partir del conocimiento objetivo
de la ocurrencia de crímenes, sus tipos, sus factores, etcétera. La dimensión
subjetiva es la percepción sobre el riesgo real, es un miedo que se construye
de forma ideológica, se trata de un temor difuso. Esto no quiere decir que una
dimensión sea real y la otra falsa, en lo absoluto, ambos son fenómenos se dan en
la sociedad y constituyen la in-seguridad; no se trata de decir que la
dimensión subjetiva no es importante, o desestimarla, todo lo contrario. Sin
embargo, es importante dimensionarla, por ejemplo, si alguien se siente con
inseguridad en un avión, por más que las estadísticas demuestren que es una de
las formas más seguras de viajar, igual la persona se va a sentir insegura, ya
el problema no es de la seguridad que ofrece el avión, sino de la percepción
que tiene la persona de los aviones, y eso amerita -si la persona lo quiere- un
abordaje de carácter psicológico.
El problema no
es afirmar o negar si la seguridad es subjetiva u objetiva, la seguridad tiene
las dos dimensiones, y en este sentido, el problema de una política en materia
de seguridad es si ésta reconoce estas cualidades del fenómeno. Partir sólo
desde una consideración subjetiva implica que el objeto es difuso, porque no
incorpora la dimensión objetiva; partir desde la dimensión objetiva significa
conocer la parte objetiva de la problemática, pero también la subjetiva.
En este
sentido, la construcción de Capriles es una construcción muy confusa, llena de
generalidades que contribuyen muy poco a resolver la problemática. Las frases
que hemos citado, afirman que el problema de la in-seguridad es igual en toda
Venezuela, en todos sus rincones, lo que ha motivado a que la gente este
encerrada, con miedo de salir a la calle; esto es la dimensión subjetiva, pero cuando
le integramos el enfoque objetivo, podemos darnos cuenta de que el problema de
la in-seguridad no es el mismo en todo el territorio, porque varía cualitativa
y cuantitativamente. Cuando en la propuesta se dice que se han tenido que encerrar, se expresa la dimensión subjetiva, pero
objetivamente hay que saber dónde, quiénes, cuándo se encerraron; porque lo
objetivo es que la gente está en las calles, aún en las áreas geográficas donde
hay mayores índices de violencia, por eso a hay que preguntar a quiénes se
refiere Capriles cuando expresa esto, porque ni su militancia está encerrada,
están en la calle haciendo campaña. No estoy negando que la in-seguridad genere
sus efectos en toda la sociedad, pero una política pública no puede partir de aquellas
afirmaciones, que a la final no dicen nada sobre la problemática. La propuesta
de Chávez, según la cita que he recogido, expresa claramente que tiene como
objeto las dos dimensiones de la seguridad, la que corresponde a la dimensión
subjetiva y a la dimensión objetiva.
El miedo es el
resultado simbólico de la violencia, y el mismo tiene a su vez varios efectos
en la sociedad: a) ha servido para que las empresas que venden bienes y
servicios de seguridad tengan un mercado permanente, aunque la gente que los
compra no se sienta segura usándolos; b) ha servido para que regímenes
dictatoriales se impongan sobre la sociedad, ofertando seguridad para todos a
través de la represión; c) genera el quiebre de las relaciones sociales, pues
reprime la necesidad de vivir experiencias en la vida cotidiana, porque lo
público se torna salvaje, mientras que lo privado se ve como civilizado; d) la
sociedad en vez de exigir la liberación de los espacios públicos, reclama la
privatización de los mismos; y e) en últimas la pantalla (del televisor, de la
computadora, del teléfono) termina siendo mejor compañía que la de las
personas. El miedo genera simpatía de la sociedad hacia el político que lo
promueve, al que ofrece soluciones al mismo, porque el miedo iguala a todos los
ciudadanos (todos podemos sentir miedo), y este es el punto de partida para el sacrificio de la justicia en los altares de
la seguridad. Por lo tanto, el miedo no tiene que ver con la cantidad o la
cualidad de los delitos, sino con la forma como se representan, por ello una
política de seguridad desde la dimensión subjetiva puede llevar a la sociedad a
posturas antidemocráticas, este es el camino a la represión generalizada de la
sociedad. El miedo es la materia prima de los medios de comunicación para
producir histeria colectiva, y para los políticos de oficio, que ofrecen
soluciones inmediatas que carecen de hipótesis sólidas, y ejemplo de ello es el
fracaso del DIBISE, que se fundó sólo en la dimensión subjetiva, por ello no
sirvió para revertir la criminalidad.
2. EL ABORDAJE DE LA PROBLEMÁTICA
2.1 EL PROBLEMA DE LOS NÚMEROS
Lo anterior es
un problema de enfoque, que tiene su correlato metodológico, en este sentido la
dimensión subjetiva se basa en la metodología cuantitativa: solo enumerar
delitos; el enfoque objetivo se basa en metodología cualitativa que busca
integrar “grados, las formas y la lógica de la violencia”. La propuesta de
Capriles denuncia que en Venezuela muere un venezolano cada 75 minutos, que la
impunidad supera el 93% de los delitos que se cometen, que tenemos una tasa de
homicidios por encima de 50 por cada 100.000 habitantes. La propuesta de Chávez
más o menos se reconoce las mismas cifras y además agrega que en los últimos 20
años las cifras se han cuadriplicado, que la cantidad de robos supera a la de
los hurtos, que son mayoritariamente los jóvenes quienes están involucrados en
los crímenes, como víctimas o como victimarios, que entre el 60% y 70% de los
delitos ocurren en la zona de residencia de la víctima, que la violencia
interpersonal y el uso de armas de fuego en ella se realiza principalmente en
la nocturnidad, entre otros aspectos.
A simple vista
podemos decir que ambas propuestas, por lo menos dan cuenta de una realidad,
sin embargo, profundicemos un poco en la forma como se construyen estos datos.
Si se parte del enfoque objetivo, los datos se construyen fundamentalmente para
abordar la problemática desde las condiciones sociales en las cuales surge,
ello implica interpretar la violencia desde una manera multifactorial, separar
metodológicamente las causas y las consecuencias, y entender que estas dos devienen
de múltiples y generan múltiples factores. Ello implica superar la
instrumentalidad de la información, poder observar “sujetos, tiempos espacios y
circunstancias”, superar la visión
policiaca sobre la materia y también incorporar la voz de la víctima y el
victimario, es decir comprender la triada: delito-víctima-victimario, significa
ir mucho más allá del número.
Por su parte
el enfoque subjetivo-cuantitativo, es un enfoque que domina hoy día la materia
a nivel mundial, que se vende como neutral, que no tiene ningún sesgo valorativo
porque se basa en los números, sin embargo, realmente sucede todo lo contrario,
el cómo, cuándo y dónde se presentan dichos números depende de los intereses de
quienes manejan dicha información. Esto es un reduccionismo que confunde causas
y consecuencias, y el delito se termina confundiendo con el miedo al mismo. En
este enfoque la violencia se mide básicamente por el número de homicidios, sin
observar las otras formas de violencia, y sin ver las cualidades propias del
homicidio (no me refiero al tipo penal, sino al contexto en que se produjo como
sicariato, robo, feminicidios, ajuste de cuentas, entre otros).
El homicidio
se toma como el indicador fundamental porque aparentemente este es el delito que
más se denuncia, sin embargo estas cifras tampoco son exactas, por lo tanto la
valoración del homicidio como el indicador excepcional de la violencia es un
fetichismo, es una metonimia, que pretende explicar el todo, a partir de una de
sus partes. Esto no es sólo un problema de carácter metodológico, sino que
obedece a una construcción hegemónica de la problemática, construida desde los
centros de poder mundial, en donde se establecen escalas de valoración que
dicen cuál país es más violento que otro, y obedece básicamente a la política
de seguridad nacional de lo Estados Unidos, que es impuesta fuera de sus
fronteras, con estas mediciones se puede tipificar a un país como violento
según los criterios de quién construye la escala, sin siquiera observar las
condiciones internas de la violencia. Esta problemática lleva a que la
“cooperación” internacional en la materia, obedezca sólo criterios policiacos,
y a la creación de un mercado internacional de venta y compra (no compra y
venta como se suele decir) de bienes y servicios de seguridad por parte de los
países industrializados.
2.2 EL CÁLCULO DE LAS MUERTES
Una
preocupación muy importante para los venezolanos, es la cantidad de muertes producto
de la violencia, sin embargo, no quiero ser el ventrílocuo de aquellos que lamentablemente han perdido la vida, no
pretendo hablar por ellos, eso se lo dejo a los especialistas del espectáculo.
Pero si quiero decir que me preocupan las muertes por la violencia, como
también aquellas que se producen en accidentes viales. En un informe emitido
por el Ministerio del Poder Popular para Salud en el año 2008, se muestran las
causas de muerte en Venezuela, pudiéndose observar que la cantidad de
fallecimientos por accidentes de tránsito corresponde al 80% de los fallecidos
en hechos de violencia, y en la propuesta de la Misión A Toda Vida Venezuela se
dice que al año mueren más de 7000 personas, esto también es una cifra
alarmante, sin embargo no hay una preocupación mediática por ello. Todos los
lunes los reporteros están como buitres en las morgues, preguntándoles a los
familiares de los fallecidos por la delincuencia “cómo se sienten”, ¿cómo se
van a sentir? sin embargo, las muertes por accidentes viales nunca se reportan
sistemáticamente, son “hechos aislados”.
En la sociedad
venezolana, o mejor dicho, en un sector de la sociedad venezolana se promueve el miedo como estrategia
política, eso lo refleja Capriles al decir que “están encerrados”. Si el miedo
es por la cantidad de muertes, también se debería promover el miedo a andar con
carros en las vías públicas, por la cantidad de fallecidos que lamentablemente
hay en las carreteras; al contrario, la ideología del consumo promueve que
todos debemos tener carro, y cada día se venden y se compran más carros sin
reparar en el miedo, este es un claro ejemplo del carácter ideológico del mismo.
En la propuesta
de Capriles, los números pretenden decir generalidades sobre Venezuela, sin
acercarse a valorar objetivamente el problema de la in-seguridad en el país, a
pesar de que en la misma se argumenta que la propuesta está basada en recorridos
que ha hecho por la nación y en las ideas de expertos en la materia que lo
acompañan. Por su parte, la propuesta de Chávez mantiene una coherencia con el
enfoque objetivo, apuntando hacia una metodología cualitativa que tiende a
valorar multifactorialmente el tema in-seguridad, sin embargo, aquí ya
empezamos a observar contradicciones. El problema de la visión cuantitativa es
medir el homicidio como indicador fundamental de la in-seguridad, y la
propuesta de Chávez presenta problemas de este tipo, al exponer las cifras
nacionales de homicidios, efectivamente se puede ver una presentación por
regiones y estados, lo que indica un análisis nacional, tomando en cuenta lo
que sucede en las distintas regiones, pero el homicidio en sí no es discriminado,
es decir, no se presenta un análisis de los contextos de dichos homicidios,
cuáles son las causas de los mismos (robo, ajuste de cuentas, sicariato,
violencia de género). El homicidio es definitivamente el delito más lascivo,
porque es contra la vida, y es por la protección de la vida que se fundan los
Estados según Hobbes, pero esta no es la única forma de violencia, ni tampoco
de los homicidios en general sin conocer sus contextos; esto no busca disminuir
al homicidio como problema, sino comprender las causas que lo produce, no se
puede meter todo en un mismo saco.
Uno de los
problemas de Capriles es que se basa en una escala numérica, en la cual se dice
que un venezolano muere cada 75 minutos por la delincuencia, como si todos y
todas estuviéramos en una fila esperando una bala; este mismo error lo comete
Chávez al reconocer la problemática de la cantidad de muertes en accidentes de
tránsito, lo hace diciendo que en Venezuela muere un venezolano cada 90 minutos
por esta causa. En ambos casos esos números no dicen nada del problema, sólo
generar ansiedad, miedo, frustración en la sociedad. Repito, ese tipo de
formulaciones numéricas de la problemática obedece a modelos creados por países
imperialistas para decir quién es más violento, y quién no, según sus
intereses, por ello es necesario una construcción soberana del delito. La violencia existe, la delincuencia existe,
la in-seguridad existe, eso es innegable, pero las políticas públicas para
afrontar estas realidades no pueden estar basadas exclusivamente en el miedo.
2.3 EL PROBLEMA DE LAS DROGAS
Sobre este
tema son muchas las cosas que se pueden decir, yo me enfocaré en un solo
aspecto: el problema de la ONA. Ambos candidatos manifiestan que el problema de
las drogas es un aspecto que hay que abordar en el ámbito de la seguridad,
estas declaraciones de buenas intenciones no se acercan a vislumbrar qué es lo
que hay que hacer. Si hay un tema en el cual la imposición de políticas
internas de Seguridad Nacional de Estados Unidos es impuesta al resto de los
países, es precisamente éste, y la DEA como brazo ejecutor de sus políticas, es
el modelo de policía internacional que ha servido para la injerencia dentro de
las naciones, lo peor de todo es que en Venezuela, un país que apunta hacia la
multipolaridad, tiene un órgano que rige al país en materia de drogas siguiendo
el mismo modelo de la policía mundial inventada por los gringos.
Las drogas pueden
ser en un principio un problema de carácter psicológico y biológico, y
posteriormente de carácter social, sin embargo, el imperialismo ha impuesto
mundialmente que el problema de las drogas es un problema de orden público, y
por lo tanto un problema militar-policiaco, y este modelo nosotros lo repetimos
al pie de la letra, al igual que otros países en el continente que abiertamente
siguen las políticas impuestas desde el norte, a través de tratados de libre comercio
y políticas anti droga: un problema que es de salud pública se aborda desde la
concepción de seguridad pública. Voy a traer algunos ejemplos de lo que digo:
nuestro ministerio encargado de las relaciones interiores y de la justicia, se
la vive extraditando narcotraficantes a E.E.U.U. y se enorgullece de ello
mostrando las estadísticas de cuántos traficantes exporta al norte ¡señores!
eso es un problema de seguridad nacional de los gringos no nuestro, esas
políticas de imposición imperial están hechas para producir la violencia
nefasta que está presente en América Latina, porque las acciones de los
gobiernos para reducir las drogas, terminan siendo acciones contra los pobres.
La ONA es un
organismo con una profunda estructura y lógica militar-policiaca, que tiene un
Fondo y una Fundación orientados a invertir recursos en materia de prevención,
esto último es realmente secundario; toda la estructura de la ONA es militar, y
piensa la drogas como un problema de este tipo, y si esto no cambia, seguiremos repitiendo las
recetas impuestas desde el norte, transgrediendo nuestra soberanía. Claro usted
como lector dirá ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo combatir las drogas sin una
estructura militar? lo que puedo responder es que tal vez combatir las drogas
es precisamente el problema.
Si hacemos una
revisión de la historia, nos damos cuenta que esta visión militarista fue
introducida en el siglo XIX por el Reino Unido en lo que se llamó la guerra del opio. Esta fue la primera vez
que se estructura una lucha militar con excusa en la drogas y a partir de
entonces, se crea una doctrina militar sobre la materia, lo que significó la
imposición del Reino Unido sobre China. En esta guerra surgió la primera
asociación sistemática entre drogas y armas, y cómo estas últimas son de
manufactura o control militar; fue también la primera asociación sistemática
entre drogas y militares. Una historia similar, aunque con sus notorias
diferencias sucedió en Centroamérica, en la imposición militar de los Estados
Unidos sobre los Movimientos de Liberación Nacional, sin embargo, esto se
olvida porque “la falta de memoria es la madre de la impunidad”. Los militares
que están en la ONA, una institución de un organismo de un país que apunta a la
multipolaridad deberían estudiar a fondo la guerra
del opio para transformar esa institución.
2.4 LAS ARMAS
Ya que he
tocado el tema de las armas, puedo decir que Capriles y Chávez coinciden en la
importancia de sacar de las calles las armas que son ilegales, y se enfocan en
eso, sin embargo en ninguna de las dos propuestas se hace referencia al combate
del mercado de armas en su ámbito nacional y trasnacional, de hecho en ambas
propuestas no se advierte de dónde salen las armas, como si estas surgieran por
generación espontánea o se auto-reprodujeran. Atacar la posesión de armas no es
atacar el tráfico, la realidad es que las armas con que se cometen delitos no
se producen en el país ¿cómo ingresan esas armas? porque la Guardia Nacional
incauta drogas que se intentan ingresar al país, pero no es muy común ver
noticias de incautación de armas; y hoy día sabemos que son más los muertos por
las guerras de las drogas que por las propias drogas, que para la guerra de las
drogas se necesitan más armas y balas que drogas. Hay una tesis manejada por el
Ministerio de Interior y Justicia a través de la Comisión de Desarme, que dice
que las armas tienen un origen legal, pues fueron armas robadas a sus
propietarios en la décadas de los 80 y 90; tal vez un porcentaje de las armas
que se utilizan para delinquir tengan ese origen, no sé nada de armas, pero las
tres veces que me han atracado al armas no se veían tan viejas, no eran los .38
que aparecen en Cangrejo.
2.4 SEGURIDAD PÚBLICA Vs. SEGURIDAD CIUDADANA
Comúnmente se
confunden seguridad pública y seguridad ciudadana, sin embargo, son dos formas
distintas de entender la responsabilidad del Estado en el resguardo de la vida
y la integridad de las personas, veamos las diferencias:
La seguridad
ciudadana tiene como objeto la garantía de los derechos de las personas, por lo
tanto la construcción de la seguridad tiene una amplia visión ciudadana y es
fundamentalmente de carácter preventivo, en este sentido, se enfoca en que los
ciudadanos sean menos víctimas del delito, pero también que se sientan menos
amenazados de ser víctimas; en ello, los cuerpos policiales y los organismos
judiciales tienen una importante responsabilidad, buscando las formas de
erradicar la impunidad, como mecanismo para la garantía de los derechos. En
esta forma de seguridad, la violencia se entiende multifactorialmente como el
resultado de condiciones sociales que radicalizan la conflictividad; podemos
observar entonces que existe una relación directa entre la dimensión objetiva,
la metodología cualitativa y la seguridad ciudadana.
Por su parte
la seguridad pública, desarrollada por dictaduras y procesos políticos de
represión, tiene más relación con la noción de “orden público” y parte de la
definición de un “enemigo interno” que es difuso, por lo tanto todos terminan
siendo enemigos internos; se basa en la doctrina de la “mano dura” y su objeto
es el control y la represión de la ciudadanía y la violencia se concibe como
una “patología social”, como el resultado de un proceso unívoco y unilineal en
el cual se fetichizan los cuerpos policiales y militares, legitimando el uso de
medidas antidemocráticas como la tortura, el secuestro policial y judicial, la
desaparición forzada, remedios efectivos ante la enfermedad. Existe una
relación directa entre la dimensión subjetiva, la metodología cuantitativa y la
seguridad pública.
En la
propuesta de Capriles están difusas las siguientes afirmaciones: “Que las
condiciones al nacer no determinen tu destino”, “El lugar donde nacemos no se convierta en una
limitante que determine el desarrollo de nuestro potencial”, “los
violentos son unos pocos”. Estas frases son bien preocupantes para quienes
creemos en la construcción de la democracia como forma de transformar las
condiciones actuales ¿qué significan estas frases? Pues son frases que tienen
su fundamento en un tipo de psicología que tuvo mucho auge a finales del siglo
XIX y principios del siglo XX: la psicología experimental, esto no es
contradictorio con la propuesta de Capriles, pues la noción de progreso, que es
el fundamento de la propuesta de este candidato, estuvo muy de moda en esa
época, y fue utilizada por ambos bandos en la segunda guerra mundial, sin
embargo en América Latina es un concepto prácticamente desechado después de los
estudios realizados dentro de la CEPAL. Además de ello, que en esta propuesta
aparezcan frases como “el lugar donde nacemos” parece un discurso más fundado
en estudios de etología, de nichos ecológicos que en las ciencias sociales,
esto también sucedía mucho a finales del siglo XIX. Por otra parte, cómo es eso
de “los violentos” ¿qué son esos, enemigos internos? Por cierto, la categoría
de nocturnidad que aparece en la Misión A Toda Vida Venezuela, también es una
categoría de la etología.
Esta propuesta
también habla de las “las
trampas de la pobreza” como una de las causas de la delincuencia ¿La
delincuencia sólo deriva de la pobreza, de sus trampa? ¿Los delincuentes son
sólo los pobres? También se afirma que la violencia es generada por una “agresiva
manera de hacer política”, es decir, en esta propuesta la violencia sólo tiene
dos causas: las trampas de la pobreza y esa agresiva forma de hacer política;
por cierto no conocía ese concepto de “trampas de la pobreza” y me puse a
buscarlo, encontré que es un concepto construido desde la teoría neoliberal,
desarrollada bajo el paraguas de los órganos financieros multilaterales, por
ejemplo el Banco Mundial. Retomando, la propuesta de Capriles tiene como metas el
“orden y seguridad en sus ciudades y en las zonas populares”, el “orden” es una
de las características de la se seguridad pública, que no se enfoca en la
garantía de los derechos.
La Misión A
Toda Vida Venezuela define como causas de la violencia la conflictividad dentro
de los contextos familiares, la promoción de la violencia a través de los
medios de comunicación, el desequilibrio en las relaciones de género, fácil
acceso a las armas de fuego, tráfico y consumo de drogas y alcohol, déficits en
los servicios públicos, problemas de los cuerpos de seguridad, patrones de
persecución y procesamiento policial de la delincuencia, deficiente respuesta
institucional, ausencia de políticas públicas que aborden el “control de la
violencia desde la escuela y la familia”, y falta de control sobre los
servicios de seguridad ciudadana.
Claramente
podemos observar que esta propuesta valora que las causas de la violencia son
multifactoriales, estableciendo causas estructurales, situacionales e
institucionales, por lo tanto apunta según lo dicho, a la seguridad ciudadana y
no a la seguridad pública. Sin embargo hay una causa que no está en el párrafo
anterior, la cual es: “Exclusión material y simbólica, especialmente de las/os
jóvenes”. Sobre esta causa se debe tener mucho cuidado y ver cómo se
interpreta, si bien las estadísticas indican que el grupo poblacional más involucrado
en el tema de la violencia es el de la juventud, ya sea como víctima o como
victimario, la delincuencia no está presente “especialmente” en la juventud,
sino que atraviesa todos los sectores etarios, hay que tener cuidado y si esta
afirmación significa la construcción de un “enemigo interno” como ya sucedió en
el pasado en este país, fundamentalmente en la década de los ochenta y los
noventa, cuando ser joven era un crimen, el puesto de la Guardia Nacional de
Cumbre Roja en la carretera panamericana Las Tejerías-Los Teques, tiene muchas
anécdotas en la materia. Otro aspecto que es contradictorio es cuando dice que
faltan políticas que aborden el control de la violencia en el ambiente familiar
y escolar, recordemos el concepto de control está asociado al orden, y el orden
a la seguridad pública, y la seguridad pública a las dictaduras. Las familias y
las escuelas no necesitan control, sino políticas que promuevan y permitan el
ejercicio democrático de la creatividad por parte de sus miembros.
3.
LO
QUE PROPONEN LOS CANDIDATOS
A continuación
expondremos las propuestas en materia de seguridad, tomando en cuenta cinco
ángulos: el social, el de las políticas, el penitenciario, el judicial y el
policial.
3.1 CAPRILES
a) SOCIALES
Como ya lo hemos advertido, la
propuesta de Capriles apunta a que las personas en su “ciclo de vida” no tenga
“miedo de salir a las calles”, para ello, se enfoca en “prevenir que lo
miembros de la familias caigan (…) en la trampas de la pobreza”, para que todos
puedan mantenerse fuera de la criminalidad, propone crear “relaciones
estratégicas en función de la paz, bienestar y oportunidades para todos”; ello
implica generar acciones de prevención que signifiquen: a) crear oportunidades
para niños y jóvenes, b) desarrollo de espacios públicos, c) mejorar los
servicios públicos, d) atención a niños y adultos en situación de calle, e)
atención a mujeres víctimas de violencia y f) de los jóvenes en peligro de caer
en la delincuencia.
El programa dice que en este sentido
se crearan promotores comunitarios de paz para la resolución alternativa de
conflictos, se promoverá la colaboración entre la comunidad y la policía,
atención a las poblaciones más vulnerables, promoción en las escuelas de formas
alternativas a los conflictos, deportes para todos a través de gimnasios
verticales, arte y cultura en la calle y casas de la cultura y el programa de
“primer empleo”.
b) POLÍTICAS
En materia de políticas (que para
este escrito significa el enfoque global del Estado sobre un tema en particular)
Capriles a través de su propuesta le ofrece al país la convivencia democrática,
la cual consiste en: a) Estado descentralizado, b) plural, c) respetuoso de las
leyes y Constitución, d) de los derechos humanos, e) de las atribuciones de los
poderes, f) promotor de la paz y g) de la legalidad. En esta propuesta se
ofrece “cero tolerancia con la violencia,
el delito y la impunidad”, con resultados a corto plazo, partiendo de que cada
delito debe tener una condena, y así vencer la impunidad, para ello requiere de
la descentralización del Estado, de planificación y coordinación entre los
diferentes entes del Estado y la despartidización de la seguridad.
c) PENITENCIARIO
En los
aspectos penitenciarios, la propuesta de Capriles habla de aplicar la ley sin
exclusión ni privilegios, construcción de seguridad ciudadana enfocada en
prevención, policía, justica penal y sistema penitenciario, garantizar la
reinserción social de quienes han sido privados de su libertad, para esto
último se requiere abordar las cárceles en función de la infraestructura, reubicación (máxima, media,
mínima), régimen de vida del interno, aulas penitenciarias, actividades extras,
mejorar la dotación y el personal.
d) JUDICIAL
En ámbitos de la administración de
justicia esta propuesta se centra en:
·
Acceso
a la justicia a todos por igual.
·
Aumento
del número de jueces de control penal.
·
Habilitación
de tribunales de control, juicio y ejecución.
·
Coordinación
entre los distintos niveles del poder judicial.
·
Promover
un sistema de distribución aleatorio y objetivo de las causas.
·
Optimización
del funcionamiento de las direcciones internas del Ministerio Público.
·
Formación
técnica y ética de los fiscales del Ministerio Público.
·
Mejorar
la atención al ciudadano.
·
Aumentar
el número de unidades de atención a la víctima.
·
Que
existan espacios apropiados para los abogados, imputados y víctimas.
e) POLICIALES
En términos policiales, Capriles propone:
·
Detener
el número de muertes violentas, secuestros, robos de vehículos, posesión ilegal
de armas, violencia intrafamiliar y en contra la mujer.
·
Decomisar,
destruir armas ilegales: plan desarme (incentivo por arma), destrucción de
armas, control de armas.
·
Controlar
y prevenir el tráfico y micro-tráfico de drogas.
·
Cuerpos
policiales confiables
·
Organización
y coordinación policial, delimitación clara de responsabilidades y
jurisdicción.
·
Autoridad
policial bien pagada.
·
Descentralización
policías regionales-municipales-comunidad.
3.2 CHÁVEZ
a) SOCIALES
En materia social, la propuesta de
Chávez hace referencia a la preservación del acervo moral del pueblo
venezolano, esto es: “Preservar
los valores tradicionales del pueblo venezolano –honestidad, responsabilidad,
vocación de trabajo, amor, solidaridad, voluntad de superación y de la lucha
por la emancipación, como defensa contra los antivalores del modelo
capitalista, que promueve la explotación, el consumismo, el individualismo y la
corrupción, y que son el origen de la violencia criminal que agobia a la
sociedad venezolana”. De igual forma
propone la incorporación de los jóvenes y de
convivencia comunal orientadas a la paz; a su vez, incidir en las condiciones
de seguridad y suprema felicidad de la familia, luchar contra los factores
determinantes de la desigualdad social, desarrollo de los comités de prevención
social, profundizar la ética y moral socialista, promover la convivencia y la
seguridad ciudadana a nivel comunitario a través de las formas alternativas de
resolver conflictos, la atención a las víctimas y un plan de prevención
destinado a los jóvenes desocupados de los sectores populares. Así mismo,
“promover los territorios sociales que fortalezcan la convivencia solidaria y
la seguridad ciudadana en lo cotidiano de la vida social familiar y comunal,
así como la liberación frente a riesgos controlables”
Además, en el
ámbito social, esta propuesta considera necesaria la creación de un fondo para
el desarrollo de proyectos comunitarios de carácter preventivo, el aumento de
la inserción de jóvenes dentro del sistema educativo, aumento de la inclusión
de jóvenes dentro del aparato productivo. A su vez propone la realización de
una campaña nacional por la convivencia pacífica, la constitución de centros
comunales integrados de resolución de conflictos, la realización de consultas
nacionales en cuanto el papel de los medios de comunicación en la producción y
reproducción de la violencia y la creación de un sistema nacional de víctimas
de violencia grave intencional.
b) POLÍTICAS
En el ámbito
de las políticas, esta propuesta parte de la concepción de la democracia
socialista, convivencia y seguridad, que significa: a) igualdad sustantiva,
justicia social, convivencia y seguridad; b) Poder popular, autorregulación y
convivencia solidaria. El programa establece claramente que el principio del
mismo radica en la no criminalización de la pobreza ni de la violación de
derechos humanos, el objetivo debe ser más bien la reducción de la pobreza, y
debe ser desarrollado en base a la participación de las comunidades
organizadas. Esta propuesta, como ya se ha reflejado, concibe el problema de la
violencia multifactorialmente y en este sentido busca el fortalecimiento de la
investigación y formación en materia de seguridad ciudadana, en la priorización
del territorio según los datos sobre la criminalidad, y en el fortalecimiento
del sistema de justicia, la promoción de la justicia y la paz comunal, por
último, para el desarrollo de esta propuesta se establece la conformación de
una estructura institucional que tendrá la siguiente forma:
Encabezada por el Poder Ejecutivo Nacional, tendrá una Secretaría Ejecutiva que estará conformada por representantes de la ocho regiones del país, en cada Estado habrá un Comando Estratégico Estadal, que estará conformado por los representantes de los distintos poderes con competencia en la materia, y este se dividirá a su vez en una Comisión de los Órganos de Seguridad Ciudadana, Comisión de Justicia Penal y Comisión de Prevención Integral, la Organizaciones Comunitarias tendrían presencia en esta estructura.
Encabezada por el Poder Ejecutivo Nacional, tendrá una Secretaría Ejecutiva que estará conformada por representantes de la ocho regiones del país, en cada Estado habrá un Comando Estratégico Estadal, que estará conformado por los representantes de los distintos poderes con competencia en la materia, y este se dividirá a su vez en una Comisión de los Órganos de Seguridad Ciudadana, Comisión de Justicia Penal y Comisión de Prevención Integral, la Organizaciones Comunitarias tendrían presencia en esta estructura.
c) PENITENCIARIO
En materia
penitenciaria, la propuesta de Hugo Chávez, se centra en la consolidación de la
infraestructura penitenciaria, el desarrollo de las comunidades penitenciarias,
alternativas al cumplimiento de condenas, apoyo post-penitenciario, reforma del
sistema penitenciario con miras a la rehabilitación. También propone la
“transformación social del privado de libertad”, y la incorporación de las
bases de la sociedad a las labores penitenciarias.
d)
JUDICIALES
En esta propuesta, uno de los
objetivos fundamentales en materia de la administración de justicia es “combatir
la impunidad, el retraso procesal de pena y otros beneficios, en coordinación
con el Ministerio Público, Defensa Pública y Poder Judicial”, ello significa la
revolución en el sistema de justicia, lo que implica:
o
Fiscalías y juzgados municipales.
o
Más tribunales en materia penal.
o
Más fiscalías
o
Infraestructura para tribunales y fiscalías.
o
Coherencia entre los instrumentos jurídicos.
o
Promulgación de un Código Penal y un nuevo
Código Orgánico Procesal Penal.
o
Creación de un sistema integrado del órgano de
justicia penal.
o
Casas de justicia penal en cada uno de los
municipios priorizados
o
Fiscalías estadales dedicadas a la investigación
penal.
e) POLICIALES
Para la
propuesta de Chávez, el problema de la in-seguridad debe ser enfocado
policialmente potenciando “las
capacidades de los organismos de seguridad del Estado para garantizar la
estabilidad política y la paz de la nación”; desarrollando investigación
criminal que permita combatir la impunidad; ejecutando medidas de control de
armas, municiones y desarme; fortaleciendo la investigación, aprehensión,
procesamiento en los casos de homicidios, secuestros, robos y hurto de
vehículos; equipando los cuerpos policiales; desplegando nacionalmente la
Policía Nacional Bolivariana; refundar el CICPC; continuar con la reforma
policial iniciada en el 2006; y desplegar nacionalmente la UNES. Esta propuesta
se enfoca en atender prioritariamente a los 79 municipios con mayores índices
de violencia; y desarrollar un Plan Nacional de despliegue de la Policía Comunal;
tecnificación de los mecanismos de comunicación de los cuerpos de seguridad;
crear un registro nacional de huellas dactilares; desarrollar un plan de
resguardo de vías rápidas. Por tal motivo para esta propuesta, el tema policial
no trata de la creación de puntos de control por el país, sino atender las
diversas aristas que dentro del área policial se requieren para la buena
actuación policial.
REFLEXIONES FINALES
Muchas veces,
la precipitación sobre un problema contribuye más al problema que a la solución
del mismo, por ello el abordaje de la violencia debe dejar de lado el discurso
de la práctica de la urgencia y de la desesperación para enfocarse en lo
importante. En primera instancia se debe determinar de la manera más apegada a
la realidad, cuáles son los grupos realmente vulnerables y los grupos
probabilísticamente más vulnerables a ser víctimas de algún tipo de delito,
mientras esto no se haga, las ciudades seguirán siendo o se convertirán en
sectores fortificados versus sectores discriminados; los políticos tendrán
mucho de qué hablar y tendrán materia prima para el desarrollo de sus carreras,
ofreciendo acabar con el delito, sin que ello signifique que tengan siquiera la
idea de cómo hacerlo; y los medios de comunicación tendrán de que hablar. En
este sentido, la priorización que se ha hecho en la Misión A Toda Vida
Venezuela de los 79 municipios con mayores índices de criminalidad, parece un
buen indicio.
Por lo tanto
el problema del abordaje de la seguridad debe ir más allá del esquema mediático
y de la demagogia política, debe formularse como lo que es, como un problema de
primer orden para la sociedad venezolana, y como tal debe ser tratado. Mientras
esto no suceda, mientras la pauta sobre la problemática se dictamine desde lo
mediático y lo político-electoral-maniqueo, no habrán soluciones viables a la
problemática. Por ello consideramos que la deficiencia en la propuesta de
Capriles, es no poder dimensionar objetivamente el tema de la in-seguridad. Por
su parte, en la propuesta de Chávez hay todo un reconocimiento de los factores
multifactoriales de la delincuencia, pero tiene un grave problema en la
concepción instrumentalista de estos factores, y no sirve de nada tener grandes
enunciados de enfoque, de metodologías si en la práctica estos no son un
principio de actuación de las instituciones, la burocracia en este aspecto
representa un gran obstáculo.
Capriles se
enfoca en la dimensión subjetiva, en la metodología cuantitativa y la
concepción de seguridad pública, según los elementos que surgen de su propio
programa; elementos que apuntan a medidas de represión generalizada en la
sociedad, pues se ha configurado un enemigo interno difuso. En esta propuesta
también se dice que habrá resultados a corto plazo ¿cómo será eso posible si la
problemática es tan compleja? cuando afirma que es necesario que cada delito
tenga una condena, parece acercarse a los modelos políticos centrados en la
represión por parte del Estado, para los cuales la solución a estas
problemáticas es el endurecimiento de las penas. Por su parte la propuesta de
Chávez inicia con un enfoque orientado a la dimensión objetiva, tiene una
tendencia a la metodología cualitativa, pero con graves concepciones centradas
aún en lo cuantitativo y en materia de seguridad, parte de la concepción de la
seguridad ciudadana aunque con elementos que se cuelan de la concepción de la
seguridad pública.
En este
sentido, tenemos que hacer el esfuerzo para comprender que la política pública
en materia de seguridad ciudadana (nótese que ya no digo seguridad pública), no
puede enfocarse en el miedo de la gente, sino en la forma como ocurren los
delitos, y las consecuencias que estos tienen en la sociedad, incluyendo el
miedo; una política pública en la materia debe afrontar la criminalidad; y
nótese que no decimos enfrentar a los delincuentes, ni a los criminales. Enfrentar
la delincuencia y no al delincuente significa primero que se va a enfrentar las
causas sociales que generan la delincuencia y no sus consecuencias, y segundo
que no se trata de ver al delincuente como un enemigo interno en términos militares.
Esto último es una posición totalmente fachista
que se enfoca en la aniquilación del sujeto que ha trasgredido la ley, y no en
la construcción de la armonía social. Se debe tener mucho cuidado con estos aspectos
porque 1) el estigma social convierte a todos los que no estén dentro de las
esfera socioeconómica que controla los medios de producción del estigma, en
delincuentes; 2) esto no permite ver que quienes delinquen son también víctimas
de la delincuencia; y 3) que el concepto de delincuencia común, denotativamente
significa que todos los que estamos fuera de los centros de poder económico y
político somos comúnmente delincuentes.
Las políticas
en seguridad ciudadana deben apuntar hacia la intervención del espacio público,
pues este es un problema público, que no se puede resolver en la dimensión
privada, debe pensarse en función de “servicios, resultados y confianza”, deben
ser consustanciales con el resto de las políticas del Estado, esto no significa
la “seguritización de todas las políticas sociales”, pues esta es una
concepción perversa que genera estigmatización social y debe partir de la consustanciación
de las políticas nacionales con las locales.
1. EN LO SOCIAL:
En este
ámbito, Capriles y Chávez expresan la importancia de generar políticas que
apunten a la prevención de la violencia. En la Venezuela de hoy no se puede
negar todas las políticas y programas que el actual gobierno de Hugo Chávez ha
desarrollado en materia social, medidas que están orientadas a transformar las
condiciones sociales, sin embargo, a pesar de todas estas medidas tenemos
graves problemas de in-seguridad; y estoy convencido que esta contradicción
obedece a que dichas políticas sociales tienen definiciones muy progresistas
(que no es lo mismo que progreso), pero se terminan aplicando de manera
instrumental, por lo tanto no han logrado penetrar estructuralmente en la
sociedad venezolana, la burocracia estatal (de todos los colores políticos) ha
interpretado tecnocráticamente las medidas sociales diseñadas para transformar
la sociedad; aguas arriba se piensa una cosa y aguas abajo se hace otra.
En el ámbito
social, ambas propuestas coinciden en promover, difundir, el deporte y las
actividades artísticas-culturales, la formación educativa y el trabajo en la
población más joven como estrategia de prevención social de la delincuencia. Que
los jóvenes sea el mayor grupo poblacional involucrado como víctima o
victimario, no es un problema de este grupo social, es decir, pensar que este
problema es un problema propio de la juventud, que es lo que se refleja en las
políticas que se pretenden implementar, es una deficiencia metodológica que no
permite valorar la totalidad de la problemática. La juventud, es una expresión
de la juventud, de eso no hay duda, pero también es una expresión de la
sociedad en general, y no comprender eso, puede derivar en que la juventud se
configure como un “enemigo interno”, algo que sucedió en nuestro país, con
mayor expresión en los gobiernos de Campins, Lusinchi, Pérez y Caldera, donde
ser joven, de una zona popular y desocupado, era una triangulación identitatira
que te obligaba a salir corriendo cundo aparecía alguna patrulla de la policía.
No sólo la delincuencia está presente en la juventud, no sólo la delincuencia
está presente en los jóvenes desocupados, no sólo está presente en los jóvenes
de las zonas populares; adultos, con trabajo y de zonas “no populares”, jóvenes
de zonas no populares, también cometen delitos, y también son víctimas del
mismo. Hay una pregunta que ambos programas no saben responder ¿por qué la
violencia aparece con mayor frecuencia en los jóvenes como grupo poblacional?
Una frase muy
famosa en el país fue: “hacer deporte es hacer patria”, y vaya patria la que se
hizo, sin embargo, hoy vemos otra vez que dos propuestas presidenciales retoman
la idea de que la forma de prevenir la violencia en la juventud es mantener
ocupados a los jóvenes. En un sentido administrativo esto es un problema grave
del Estado venezolano: cómo es posible que propuestas nacionales,
presidenciales anden ofreciendo cosas que son directamente responsabilidad de
las alcaldías, lamentablemente las alcaldías (del color que sean) no cumplen
con sus responsabilidades, y los Concejos Municipales son una estafa para el
presupuesto de la Nación. En un sentido político ¿la juventud ha participado en
la definición de sus problemáticas, de sus condiciones, de las soluciones? Y en
un sentido académico ¿se ha analizado el tema de la violencia en la juventud? Las
respuestas a estas interrogantes no se pueden vislumbrar en las propuestas, y
al contrario, lo que está de fondo es la idea de que “hay que mantener ocupados
a los jóvenes para ver si se comportan”. La propuesta de Capriles tiene lógica
al llegar a una conclusión así pues su objeto no se construye a partir de principios
metodológicos; sin embargo la propuesta de Chávez inicia con propuestas
metodológicas sólidas, pero termina con estas contradicciones, por la
interpretación instrumental de la información. En ultimas, uno hace deporte o
alguna actividad artístico-cultural teniendo como objeto fines deportivos o
artísticos-culturales, si eso contribuye con la disminución dela violencia, que
bueno, pero pensar que estas actividades tienen como fin la disminución de la
violencia es seguri-tizar al deporte
y la cultura.
La
instrumentalización de la información está presente en ambas propuestas, pero
es en la propuesta de Chávez donde podemos visualizar el problema, por la forma
metodológica como se construye el programa de gobierno; en el caso de Capriles,
este problema no se puede visualizar, porque ya de entrada tiene serias
deficiencias en la construcción de su objeto. Por ejemplo en la propuesta de
Chávez, en la parte que le dedica a los consejos comunales se plantea como
objeto el aumento de la cantidad de los mismos en función del crecimiento de la
población, un grave error que radica en la instrumentalización de los Consejos
Comunales ¡compañeros! el problema no es cuántas organizaciones de éstas hay,
sino que realmente se estructuren, organicen y desenvuelvan como CONSEJOS.
El error de la
propuesta se basa en la lógica de evaluar sólo por los números, así como sucede
con el homicidio, por ello hay que dejar de pensar instrumentalmente, porque las consecuencias de este pensamiento
llevan a confusiones como la expresada el programa de Chávez, al colocar la
moral y la ética en el mismo nivel, siendo que estas pertenecen a niveles
distintos. La moral son las nociones que tenemos sobre el bien y el mal, y la
ética es la reflexión sobre la moral, por lo tanto no corresponden al mismo
nivel, en todo caso, una reflexión ética socialista debe llevar a construir una
moral socialista, pero no a la inversa, ni tampoco en paralelo. La propuesta de
Capriles también hace referencia a ética, pero asociándola con técnica, otra
interpretación instrumental de la reflexión sobre la moral. Traigo estos elementos
a discusión porque considero que el problema de la violencia en Venezuela, está
profundamente asociado a la falta de una reflexión ética por parte de la
sociedad venezolana, sobre los valores y las normas morales por las que nos
regimos; en este sentido los Consejos Comunales podrían ser la plataforma ideal
para dicha reflexión, pero para ello hay que trascender la visión
instrumentalista de los mismos.
2.
EN LAS
POLÍTICAS Y EN LO POLICIAL
Dos elementos
que problematizan la seguridad ciudadana y no soluciona en nada las situaciones
de in-seguridad son la privatización y la descentralización. La Primera sólo
busca poner en el mercado una serie de productos y servicios que son diseñados
en los centros de poder económico, con el objeto de que la gente con miedo
gaste dinero adquiriendo esos bienes y servicios, pero en realidad, no son un
remedio para la in-seguridad, al contrario, son un medio para la privación de
la libertad de las personas, que deja un espacio abierto para la reproducción
de la delincuencia, pues sin ésta, aquellos no tienen nada que vender. La
privatización de la seguridad, convierte este derecho en un privilegio de
quienes la pueden pagar, de quienes pueden comprar estos bienes y servicios. La
propuesta de Capriles en este tema es confusa, pues expresa en varias partes la
“participación de la empresa privada” ¿Cómo será esa participación? La
participación de los sectores privados en materia de Seguridad Ciudadana tienen
el problema de que los mismos, no apuntan a la prevención del delito, pues esto
iría en contra de su propia existencia, ya que en la medida en que el sector
privado apueste económicamente a la industria y a los servicios de seguridad,
penitenciarios, entre otros, necesita de la ocurrencia de los delitos para su
sostenibilidad en el tiempo, es un negocio que depende directamente de la
violencia y el temor.
La
descentralización se basa en la creación y control de policías en función de la
cantidad de niveles que se divida el poder ejecutivo, sin embargo, esto tiene
sus complejidades, Venezuela tiene 335 municipios más los estados, se imaginan
más de 350 policías en el país, si actualmente tenemos alrededor de 150 y es un
desastre, la reproducción de la burocracia no resuelve nada, al contrario,
contribuyen más bien con la problemática de in-seguridad porque estas policías
sólo desarrollan acciones para acabar con los criminales –físicamente hablando-
sin que importe las causas de la criminalidad; además de ello, no permite una
política coherente de seguridad ciudadana, vinculada a deberes y derechos, y
por último, es una plataforma muy eficaz para que las mafias policiales estén
migrando de una policía a otra, cuando incurran en vulneraciones de derechos
humanos, corrupción, etcétera.
Ante la
problemática de la descentralización, la alternativa es la desconcentración que
significa el desarrollo de políticas a nivel local, regional y nacional, en
donde en todos los niveles existan claras y definidas competencias sobre la
materia, pero en base a una plataforma nacional, ello permite engranar los
diferentes niveles de gobierno, y buscar que todas las localidades se
encuentren representadas en la política central. }
Por estos
motivos, la propuesta de Capriles que se centra en la descentralización, no es
una alternativa real al problema actual, una grave problemática en Venezuela en
la materia, fue la descentralización, que llevó a que tengamos más de 150
cuerpos policiales, todos desconectados, donde los policías que cometen algún
tipo de delito en cuerpo policial, sale de este, y es reciclado por otro, pues
la descentralización en Venezuela significó que cada Alcalde o Gobernador tenía
su propia soberanía. Podemos revisar los documentos del proceso constituyente
sobre los problemas de la descentralización, para quienes creen que esta es la
panacea para resolver los problemas. Además cuando Capriles habla de
descentralización, hace hincapié en las “fuerzas regionales del progreso”, que
son básicamente grupos económicos, cómo van a participar estos en el tema de la
seguridad, es una duda que no se resuelve en dicho Programa.
La Misión A
Toda Vida Venezuela sin embargo, tampoco apunta en estos términos a algo
realmente encaminado a resolver la problemática, la misma define una extensa
estructura burocrática para organizar la Misión. Ese es precisamente el
problema, que se hace un exagerado ahínco en la estructura del Estado, como si
la existencia de esta garantizara per se
la solución de los problemas, y muy poco en la metodología concreta de cómo se
abordará la problemática, sólo se definen generalidades, sobre las cuales es
muy difícil hacer algo desde el punto de vista conceptual o práctico, y este es
un problema que el gobierno ha repetido una y otra vez, afirma primero la
estructura burocrática antes que las formas de solucionar las problemáticas, y
a la larga, las primeras terminan siendo sólo un cascaron vacío, porque no contiene a las segundas.
Otro aspecto
en materia de políticas es el presupuesto, lo que se invierte en seguridad
ciudadana. Lo primero en esto, es que lamentablemente en Venezuela no hay
análisis sistemático de los costos económicos de la violencia, el impacto que
esto tiene en la economía y sobre todo en la economía de carácter social,
comunal. El presupuesto debe estar basado en prioridades, y por ello lo
importante de que la prioridad sea la dimensión objetiva y no la subjetiva, es
decir, el riesgo real y no la percepción
del riesgo. En América Latina, los presupuestos se gastan en cuerpos
policiales no especializadas exclusivamente en seguridad ciudadana, tribunales
no destinados sólo a los casos penales y en los entes encargados del desarrollo
urbano, sin embargo, el aumento del presupuesto no implica directamente una disminución
de la criminalidad, siendo que lo principal del presupuesto se va en las
policías, significa que el Estado concentra sus recursos en políticas de
prevención policial, control policial y represión. Si pensamos el tema de la
descentralización desde el punto de vista del presupuesto, nos damos cuenta que
en este modelo, la política de seguridad no está basada en el análisis de la
criminalidad, sino en el presupuesto de los municipios o de los estados.
En la
inversión de presupuesto, Chávez y Capriles coinciden: más presupuesto para las
policías ¿Por qué? si las policías definitivamente no resuelven el problema de
la delincuencia, no lo han resuelto, si vulneran derechos humanos, por qué
siempre el discurso de los políticos es aumentarles el sueldo y dotarlos
¡señores! la sociedad está invirtiendo sus recursos en un ente que no responde
a la misma, que en vez de trabajar a su favor, trabaja en contra, debemos
urgente redefinir cómo se invierte el presupuesto en Venezuela en materia de
seguridad, a las policías hay que asignarles presupuestos en la medida en que
protejan al ciudadano y a la vez respete sus derechos; pero en la realidad
sucede que el aumento de los beneficios a las policías por controlar el crimen
se traduce en vulneración de los derechos humanos. El otro aspecto que tiene
que ver con el presupuesto es la dotación, una tradición en el pensamiento
policiaco latinoamericano es invertir y seguir invirtiendo dinero en dotación
recursos técnicos y bélicos que no solucionan en nada el problema de la
in-seguridad. Una de las experiencias que más se repiten en América Latina es
al de policías que patrullan las calles con equipo tecnológico para proteger al
ciudadano de sí mismo, inversión de recursos en la neutralización de la ciudadanía.
Pero además de
ello, cada aparato que se compra significa dinero que sale del país y se va a
las grandes empresas trasnacionales que hacen negocios con la seguridad de las
personas, al final la inversión en seguridad que debe ser de carácter público, lo
que hace es engrosar las cuentas de las compañías que tienen su centro jurídico
en los países imperialistas, por lo tanto, las ganancias de estas empresas se
traducen en dinero que va a ser depositado a través de impuestos en el fisco de
los Estados Unidos y otras siete naciones más, por lo tanto hay que transformar
esta situación para que la inversión en seguridad tenga un ejercicio real de
soberanía.
Mientras
escribía este artículo, se publicó en la prensa nacional, que se entregaron 500
paletas detectoras de metal, dotación de GPS a transportistas y entrega de
unidades a policías por parte del gobierno nacional; ojalá y el problema de la
in-seguridad fuera una falta de dotación de las policías, el problema es que al
dotarse a la policías también se dota a la delincuencia. Cualquier lector dirá
muy sorprendido ¿cómo combatir la delincuencia entonces, con chopos? No negamos
que las policías deban tener dotación y mejor presupuesto, pero esta dotación y
presupuesto debe ser en función de las respuestas que den a la sociedad, no
puede ser que a priori siempre se
diga que es un problema de equipos y de dinero. Esto tiene otra lógica de
fondo, que la seguridad se logra a través de la presencia de las policías en
las calles, estoy convencido que eso es un error, la seguridad se logra con la
gente en la calle, la sociedad que se apropia públicamente de lo público, que
rescata lo que le han intentado privatizar por la vía de la fuerza, y la
policía en ese caso debe apoyar a la sociedad, y debe tener los recursos para
ello. Pero los cuerpos policiales se comprenden como un fetiche al cual hay que
entregarle siempre los recursos, siempre poner en su altar nuestros sacrificios
¿alguien sabe realmente que es lo que le falta a nuestros policías?
Capriles
expresa de forma muy clara que se tendrá “tolerancia cero” con el delito. Este
concepto en el plano internacional se ha basado en el miedo (igual que la
propuesta de este candidato) y como consecuencia de ello, cada quien se
considera auto-referente para defenderse de un “posible atacante” (seguridad
preventiva-guerra preventiva); pero también es el fundamento para que los
cuerpos de seguridad aumenten las vulneraciones de derechos humanos de las
minorías y de las poblaciones marginadas, con la excusa de atacar a los “criminales”.
El miedo ha sido más peligroso para los “presuntos delincuentes” que para las
hipotéticas víctimas.
3. EN LO JUDICIAL Y PENITENCIARIO:
El problema
judicial es uno de los más graves que tiene la sociedad venezolana, y sin
embargo, ambas propuestas lo tocan sólo tangencialmente, como si la impunidad,
uno de los principales aspectos que genera la delincuencia, fuese un problema
de procedimientos, o de falta de cemento y de cabillas. La impunidad no es el
resultado de la falta de condiciones materiales o instrumentales, la
deficiencia en estos aspectos es el resultado a su vez de otra cosa, y no la
causa; la impunidad en principio no es generalizada, sino que está segmentada:
se es más o menos impune, en la medida en que se pueda pagar o no los montos
que exigen las policías, CICPC, fiscales del Ministerio Público y jueces. La
impunidad no es un problema de técnica, es un problema de carácter político,
económico, de justicia y técnico, pero las propuestas sólo ven lo último.
En la década
de los noventa, uno de los principales debates de interés nacional era el que
se daba alrededor de las tribus judiciales, sin embargo, llegó la quinta
república y aquel debate fue apaciguado por la esperanza de la refundación de
la patria, y después de tanto tiempo, no sabemos qué sucedió con dichas tribus
(la falta de memoria es la madre de la impunidad). El proceso constituyente
derivó en una nueva Constitución, esta Constitución requiere de por lo menos una transformación estructural
del sistema de justicia, sin embargo, desde el referéndum mediante el cual se
aprobó la nueva Constitución, hasta el momento, no ha habido ni luces de una revisión
del sistema de justicia, sólo remiendos, sólo paños de agua caliente. Esta es
una de las causas estructurales de la impunidad, este grave problema no se
resuelve teniendo más fiscales o jueces, o más asientos para los abogados, la
impunidad en nuestro país podrá ir mermando cuando la justicia empiece a
responder al mandato constitucional de que Venezuela es un Estado Social de
Derecho y de Justicia, para poder hacer esto, se deben de revisar al detalle
los procedimientos del Ministerio Público y del Sistema de Justicia, y esta
revisión se debe hacer de puertas abiertas a la sociedad, a las comunidades,
porque en nuestro país se debe consolidar la democracia participativa y
protagónica. Una verdadera revolución, o por lo menos transformación del
sistema de justicia, debe apuntar hacia allá.
En el año 2009
en Perú pude observar una valla publicitaria que decía algo así como: nadie
está exento de ser víctima o victimario en un delito, en ese momento actuará el
Ministerio Público. En nuestra Venezuela la cosa no cambia, el Ministerio
Público no trabaja para disminuir los delitos, si disminuyen los delitos, los
fiscales pierden su trabajo, de hecho los famosos bonos e incentivos laborales
en la Fiscalía se otorgan a los fiscales en función de los actos conclusivos
que realicen, por lo tanto, entre más actos conclusivos hayan mejor, para que
puedan haber actos conclusivos, tienen que haber delitos, o invento de delitos;
la existencia de la fiscalía depende de la ocurrencia de crímenes, no de su
prevención. Por tal motivo, tiene que haber una reforma en el sistema de
justicia que apunte a la prevención de los delitos, que a los fiscales se les evalúe
por los delitos que evitan y no por los que enumera, así como a los médicos se
les debe evaluar por las enfermedades que previenen y no por cuántos enfermos
llegan a su consulta. La Misión a Toda Vida Venezuela, habla de tribunales y
fiscalías a nivel municipal y estadal y de la reforma del Código Orgánico
Penal, pero esto no es suficiente, es sólo una visión instrumentalista de la
revolución o por lo menos reforma del sistema de justicia.
El Estado
ejerce legalmente la fuerza de dos modos, a través de los órganos de seguridad
(militares y policías) y a través de los órganos de justicia, los primeros
requieren del aval de los segundo para su funcionamiento, sin embargo, desde el
punto de vista legal, esa fuerza que ejerce el Estado no está reflejada en una
prohibición directa al ciudadano, es decir, no hay ninguna prohibición expresa
al sujeto. El discurso deontológico del derecho no dice “no matarás”, a nadie
se le prohíbe matar, el discurso deontológico del derecho lo que dice es que si alguien comete asesinato el Estado a través
de sus órganos, de sus funcionarios, está en la obligación de imponerle una
sanción a quien ha cometido el crimen, y es aquí donde precisamente en
Venezuela surge la impunidad, los funcionarios públicos juegan con su obligación
de imponer sanciones en función de lo que le puedan cobrar o no a los
infractores, y en este sentido, quien tenga más dinero (legal o ilegal) es el
menos sancionado, por lo tanto como no hay control sobre el funcionario, para
que cumpla con su obligación, el ciudadano no se siente coaccionado por la ley
y puede cometer delitos amparado en la impunidad que se genera en la falta de
control sobre la burocracia.
Por tales
motivos, pueden haber miles de patrullas de policías en las calles, pueden
haber todos los GPS en todas las unidades automotoras de Venezuela, todos los
policías pueden tener el mejor sueldo del mundo, todos podremos cargar paletas
detectoras de metal en nuestras manos, pero seguirán ocurriendo delitos. Ambas
propuestas electorales apuntan a que hayan policías controlando a los
ciudadanos, pero realmente la lucha contra la impunidad es que los ciudadanos
podamos controlar a los funcionarios, y los órganos de control tienen una
altísima responsabilidad en ello: la Contraloría General de la República, La
Defensoría del Pueblo, las Comisiones de Contraloría, Derechos Humanos y de
Política Interior del parlamento nacional y sus equivalentes en los parlamentos
regionales y municipales; sin embargo, aún estamos muy lejos de ello. Por lo
tanto el poder popular debe dirigir su atención y hacer presión social y
política sobre estos entes.
Sobre el tema
penitenciario, lamentablemente en ninguna de las dos propuestas está presente
una interpretación de la triada victimario-delito-víctima, y mientras el
victimario no sea tomado en cuenta, las cárceles seguirán siendo los depósitos
que hoy día son. Por cierto, Capriles habla de la incorporación de la empresa
privada en el sistema penitenciario, peligroso posicionamiento, sólo basta con
revisar lo que ha significado la administración privada de las cárceles en
Estados Unidos. Sin embargo, la Ministra Iris Valera mencionó muy recientemente
que las cárceles se convertirían en empresas ¡en la actualidad son empresas!
las cárceles hay que convertirlas en cárceles, con lo que ello significa, y
fíjense que no hablo de centros penitenciarios, ese lenguaje políticamente
correcto oculta más de lo que aclara, porque el hecho de que se le llame
distinto, no significa que dejen de ser el infierno que son hoy día para los
pobres de nuestro país, que básicamente son los que están presos, lo que no
quiere decir que los pobres sean los únicos delincuentes.
Los
delincuentes comunes, pueden ser aquellos que cometen un crimen común, de los
que se tipifica en los códigos penales, pero también significa aquellos que
comúnmente son delincuentes, es decir aquellos que tienen una predisposición cuasi cromosómica a hacerlo, es decir
todos aquellos que habitan a las zonas populares, porque el discurso neoliberal
ha transformado tanto el lenguaje que ya no se habla de clases sociales, sino
de sectores populares, como si se tratara de nichos ecológicos, con una
etiología determinada: el delito. Y estos comunes, son los que comúnmente
llenan las cárceles, víctimas de políticas de seguridad que tiene como objeto
que las clases altas y medias se sientan seguras en perjuicio de los más
pobres. Si todas las bóvedas de un banco son saqueadas por sus “dueños” se
llama crisis, si una sola bóveda es saqueada por una “persona común”, la definición
es otra.
La respuesta
de una sociedad a la cual le han inculcado el miedo como bandera, es creer que
los problemas de carácter social se deben solucionar con medidas policiales, en
esta visión la delincuencia tiene su génesis fuera de la sociedad, la sociedad
no es la responsable de la delincuencia que produce, y las cárceles en este
aspecto funcionan como funcionan no por motivos aislados de aquella, es decir,
por culpa sólo de malas administraciones, de errores en políticas
gubernamentales, definitivamente estas tienen una gran responsabilidad, pero no
son la causa principal del problema carcelario, sino el medio para ello, la
causa real de que las cárceles sean depósitos de gentes, obedece a que esta
sociedad no intenta si quiera redimir, recuperar, reinsertar a quien ha
delinquido, la sociedad los quiere aislar, esconderlos, separarlos,
confinarlos; y la cárcel termina siendo realmente un exilio a otro territorio
con otras reglas, con otros códigos, con otras soberanías y otros soberanos, en
esa lógica, es totalmente válido entonces que los pranes se sientan los soberanos de su territorio. Este es un
problema moral que debe ser abordado desde la reflexión ética, pero las
propuestas electorales carecen de este aspecto, y se centran sólo en lo instrumental.
ÚLTIMA REFLEXIÓN
Lo que he
presentado ha sido con la intensión de generar dudas en usted, y que de esta
forma vaya por las propuestas políticas y las re-lea, o las lea si aún no lo ha
hecho, aún queda tiempo, y me interesó dirigir la reflexión por temas que son muy
pocos tratados en el ámbito mediático, que es el que le llega a todo el mundo
lamentablemente, sin embargo debo hacer una reflexión final. Lo que hemos
denominado errores metodológicos, o de enfoque, no los podemos pensar como
errores de compresión, como si se tratara de una evaluación académica, estos
“errores” obedecen a la postura ideológica manifiesta en cada Programa:
· La propuesta de Henrique Capriles Radonski
expresa claramente la concepción de seguridad que ha construido la democracia
liberal-burguesa, todos los elementos que expone sobre la materia apuntan a
esta concepción, por lo tanto, a lo interno de dicha propuesta, lo que expone
no es contradictorio ni errado, porque esa es la forma que tiene esta
concepción para validar lo que dice, y justificar su accionar político.
·
La Propuesta de Hugo Chávez Frías expresa
claramente dos concepciones que están en contradicción: por un lado una que
intenta profundizar en las condiciones sociales para transformarlas, y por el
otro lado, una concepción que concibe sólo instrumentalmente la profundización
de dichas condiciones sociales, lo que genera contención de la transformación
social y por lo tanto un grave obstáculo para esta, porque lo instrumental se
impone sobre lo social.
Son muchos los
temas que no fueron tocados en este documento (para el debate), y por lo tanto
esferas que han quedado por fuera de la reflexión, sin embargo, es imposible
asumir la plenitud de una discusión tan compleja en un ejercicio como el
presente, le invito a continuar con el debate y por lo tanto, abordar esos
elementos que seguramente usted considera como fundamentales, o aquellos que
cree que fueron erróneamente tratados en este. Muchas gracias, salud y solidaridad.
PARA QUIENES DESEEN PROFUNDIZAR EN EL TEMA LES RECOMIENDO:
Las siguientes
compilaciones publicadas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(FLACSO), con sede en ecuador:
·
Economía política de la seguridad ciudadana, del
año 2009.
·
Un lenguaje colectivo en construcción: el
diagnóstico de la violencia, del año 2009.
·
Seguridad multidimensional en América Latina,
del año 2008.
Y la obra de
Eduardo Galeano: Patas arriba, la escuela del mundo al revés, del año 2009,
publicada por Siglo XXI Editores.
Es importante resaltar en la propuesta de chavez la participacion ciudadana en el organo jurisdiccional (tribunales municipales) y en la comision de prevencion integral.. como contralor y supervisor.
ResponderEliminarEl gran Jerry ahora recuerdo porque te coloque en mi lista de spam en el correo electrónico.
ResponderEliminarEs broma...
Te soy sincero, leí la introducción y las reflexiones finales (las razones te las expongo en un correo electrónico). No había analizado estas elecciones a fondo, pero ya veo que la sensación que tengo a cerca de estas, expresada en mi slogan político durante este proceso, no es de gratis "... en Venezuela todo proceso político tiende a ser una pugna vulgar entre adecos y copeyanos". Esta frase podemos sustituir adecos y copeyanos, con sus equivalentes históricos, conservadores y liberales, patriotas y realistas, chavistas y opositores. Reconozco que mis conocimientos de la historia política del país son bastante someros y no planeo ahondar en ellos, pero es mi impresión.