APUNTES ELECTORALES SOBRE LA SEGURIDAD EN VENEZUELA, ALGUNAS IDEAS PARA EL DEBATE



APUNTES ELECTORALES SOBRE LA SEGURIDAD EN VENEZUELA, ALGUNAS IDEAS PARA EL DEBATE

Muy recientemente alguien me comentó que era necesario salir de Chávez porque se sentía “estancada”, porque el país está estancado, esa afirmación me hizo reflexionar sobre la situación del país en estos momentos. No siento que Venezuela esté estancada, sino que más bien tuvo un serio retroceso en materia electoral. La elección de 1998, fue una elección muy política, es decir, fue el producto de una movilización social, de análisis crítico, incluso de contención del cambio, en donde la población venezolana se involucró, en donde se revisaron las propuestas, se discutían; hubo incorporación masiva de la población venezolana en lo político, es decir en la discusión sobre lo colectivo, sobre lo público.

Sin embargo, luego de catorce años, hay una campaña que no tiene nada que ver con la del 98,  que se parece más a la del 93. Ante esta afirmación usted por lo menos se intrigará, sino es que la rechaza de antemano, no obstante, permítame seguir con el planteamiento. Hoy día podemos observar que una gran parte del discurso y acciones de la campaña (de todos los candidatos) se basa en los números de las encuestas. Gran parte de la campaña está concentrada en las diferencias porcentuales a favor de una opción u otra: que si la noche anterior bajó por media hora, que si subió al amanecer, que si los números son duros o blandos. Efectivamente las elecciones se ganan es con votos, eso lo aprendí en mis tiempos en la Universidad Central “en tiempos electorales hay que saber contar”, me enseñó un amigo; pero la guerra de encuestas es el modelo norteamericano de hacer política, impuesto a casi todo el mundo, a través de la retórica posmoderna y de las medidas neoliberales. Por ello me preocupa que en una Venezuela, en donde hace catorce años inició formal-institucionalmente un proceso de transformación, de “refundación de la patria”, hoy día sus formas de hacer política-electoral sean muy similares a la de otros países donde claramente hay imposiciones neoliberales.

Por estos motivos, el presente escrito tiene algunas características, las cuales son necesarias advertir, antes de que usted deseche o continúe la lectura:
1)      Son reflexiones que apuntan a profundizar en los aspectos políticos (colectivos) de la campaña, en una posición claramente en contra del hiper-mediatismo de los factores electorales (Gran Polo Patriótico/Mesa de Unidad Democrática).
2)      Son reflexiones que apuntan a profundizar en los contenidos de la campaña, en una franca oposición a los supuestos análisis que evalúan los procesos políticos como si se tratara de un Caracas-Magallanes o de un Miss Venezuela (contra Mario Silva y contra Leopoldo Castillo).
3)      Son reflexiones en base a las propuestas electorales, por lo tanto, se debe leer el texto en ese contexto. Hice el esfuerzo de leer ambos programas, e intentar escribir sobre lo que está plasmado en los mismos.
4)      No busco que usted vote por uno u otro candidato, sino promover la discusión, como base de la democracia, usted luego de la discusión verá por quien votar. Yo sé por quién y por qué lo voy a hacer.

Lo que se expone, es el resultado de la revisión de las propuestas en materia de seguridad ciudadana presentadas por Hugo Rafael Chávez Frías y Henrique Capriles Radonski ante el Consejo Nacional Electoral. Tomamos este tema, porque este es un problema fundamental para nosotros los venezolanos, por lo tanto, las propuestas en esta materia deben ser “el lomito” de las proposiciones electorales. Si usted va a votar por Chávez o por Capriles o no sabe aún por quién, no niegue la importancia de la reflexión argumentando que: “no es el momento político camarada”, o “lo importante es salir de Chávez, luego veremos”, en ambas posiciones el discurso mediático tiene más influencia que la POLÍTICA. También puede negar la reflexión aludiendo al siguiente argumento: ¿Cómo es posible comprar a Chávez con Capriles? o ¿Cómo es posible comparar a Capriles con Chávez? Sin embargo, esa es la dinámica de la democracia electoral.

Las propuestas electorales no deben ser sólo un requisito a cumplir para inscribirse en el organismo electoral, sino debe ser la base sobre la cual vamos a apoyar a tal o cual candidato, o no apoyar a nadie, y sobre esas mismas propuestas evaluar al gobierno, por ejemplo en un referéndum, de lo contrario, esta herramienta política de los ciudadanos, será sólo un instrumento de las cúpulas políticas para remover o intentar remover a quienes detentando puestos de representación política  no les favorezcan.
Contrario a cualquier discurso mediático, tenemos que iniciar diciendo que la seguridad no es un problema, el problema es la in-seguridad, por eso cuando escuchamos por ahí frases como los “problemas de seguridad”, el planteamiento está mal formulado.

NOTA 1: es un texto de 20 cuartillas, porque nos parce ridículo, sumamente ridículo, intentar reflexionar sobre la realidad en sólo 140 caracteres.
NOTA 2: así como las encuestas son importantes para marcar tendencias electorales, también serían importantes para medir las formas democráticas; las encuestadoras no deberían preguntar sólo por quién votará el ciudadano, sino también si ese ciudadano ha leído las propuestas electorales de los candidatos.
NOTA 3: no soy un experto en materia de seguridad, sólo trato de reflexionar el tema y debatirlo, al final de este documento puede encontrar referencias bibliográficas de publicaciones en la materia.
NOTA 4: está escrito en primera persona para reivindicar al sujeto político que lo escribe, algo que la fórmula de la tercera persona invisibiliza sistemáticamente.


1.       SOBRE LOS ENFOQUES

Capriles se posiciona desde un enfoque subjetivo, la propuesta de Chávez se ubica desde una posición más objetiva; esto significa que la propuesta de Capriles sólo toca el ámbito subjetivo, mientras que la de Chávez el objetivo y el subjetivo. En la propuesta de Capriles no encontré una definición concreta del problema a abordar, sólo algunas frases que oscurecen mucho más de lo que aclaran: “nuestra vida está en riesgo en cada rincón del país”, “la violencia sigue matándonos y obligándonos a malos hábitos y que la trampa se cuele en nuestra vida”, “la violencia nos ha obligado a escondernos”, “salir a las calles es sentirnos nerviosos y vulnerables”, “no es posible hacer vida parroquial”, “vivimos con miedo, mal y encerrados”. Por su parte la Misión A Toda Vida Venezuela que es la propuesta de Chávez en materia de seguridad, define lo siguiente: “La protección del Estado frente a un conjunto de situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para el disfrute de los derechos de la población”. En este sentido, la propuesta prioriza los objetos de la seguridad en: “La criminalidad y la percepción de inseguridad. La accidentalidad vial [y] Los déficit de convivencia comunitaria y ciudadana”. 

La in-seguridad tiene dos dimensiones, la objetiva y la subjetiva, la primera se refiere al riesgo real al cual estamos sometidos las personas de ser víctimas de algún delito, esta dimensión se construye a partir del conocimiento objetivo de la ocurrencia de crímenes, sus tipos, sus factores, etcétera. La dimensión subjetiva es la percepción sobre el riesgo real, es un miedo que se construye de forma ideológica, se trata de un temor difuso. Esto no quiere decir que una dimensión sea real y la otra falsa, en lo absoluto, ambos son fenómenos se dan en la sociedad y constituyen la in-seguridad; no se trata de decir que la dimensión subjetiva no es importante, o desestimarla, todo lo contrario. Sin embargo, es importante dimensionarla, por ejemplo, si alguien se siente con inseguridad en un avión, por más que las estadísticas demuestren que es una de las formas más seguras de viajar, igual la persona se va a sentir insegura, ya el problema no es de la seguridad que ofrece el avión, sino de la percepción que tiene la persona de los aviones, y eso amerita -si la persona lo quiere- un abordaje de carácter psicológico.

El problema no es afirmar o negar si la seguridad es subjetiva u objetiva, la seguridad tiene las dos dimensiones, y en este sentido, el problema de una política en materia de seguridad es si ésta reconoce estas cualidades del fenómeno. Partir sólo desde una consideración subjetiva implica que el objeto es difuso, porque no incorpora la dimensión objetiva; partir desde la dimensión objetiva significa conocer la parte objetiva de la problemática, pero también la subjetiva.

En este sentido, la construcción de Capriles es una construcción muy confusa, llena de generalidades que contribuyen muy poco a resolver la problemática. Las frases que hemos citado, afirman que el problema de la in-seguridad es igual en toda Venezuela, en todos sus rincones, lo que ha motivado a que la gente este encerrada, con miedo de salir a la calle; esto es la dimensión subjetiva, pero cuando le integramos el enfoque objetivo, podemos darnos cuenta de que el problema de la in-seguridad no es el mismo en todo el territorio, porque varía cualitativa y cuantitativamente. Cuando en la propuesta se dice que se han tenido que encerrar, se expresa la dimensión subjetiva, pero objetivamente hay que saber dónde, quiénes, cuándo se encerraron; porque lo objetivo es que la gente está en las calles, aún en las áreas geográficas donde hay mayores índices de violencia, por eso a hay que preguntar a quiénes se refiere Capriles cuando expresa esto, porque ni su militancia está encerrada, están en la calle haciendo campaña. No estoy negando que la in-seguridad genere sus efectos en toda la sociedad, pero una política pública no puede partir de aquellas afirmaciones, que a la final no dicen nada sobre la problemática. La propuesta de Chávez, según la cita que he recogido, expresa claramente que tiene como objeto las dos dimensiones de la seguridad, la que corresponde a la dimensión subjetiva y a la dimensión objetiva.

El miedo es el resultado simbólico de la violencia, y el mismo tiene a su vez varios efectos en la sociedad: a) ha servido para que las empresas que venden bienes y servicios de seguridad tengan un mercado permanente, aunque la gente que los compra no se sienta segura usándolos; b) ha servido para que regímenes dictatoriales se impongan sobre la sociedad, ofertando seguridad para todos a través de la represión; c) genera el quiebre de las relaciones sociales, pues reprime la necesidad de vivir experiencias en la vida cotidiana, porque lo público se torna salvaje, mientras que lo privado se ve como civilizado; d) la sociedad en vez de exigir la liberación de los espacios públicos, reclama la privatización de los mismos; y e) en últimas la pantalla (del televisor, de la computadora, del teléfono) termina siendo mejor compañía que la de las personas. El miedo genera simpatía de la sociedad hacia el político que lo promueve, al que ofrece soluciones al mismo, porque el miedo iguala a todos los ciudadanos (todos podemos sentir miedo), y este es el punto de partida para el sacrificio de la justicia en los altares de la seguridad. Por lo tanto, el miedo no tiene que ver con la cantidad o la cualidad de los delitos, sino con la forma como se representan, por ello una política de seguridad desde la dimensión subjetiva puede llevar a la sociedad a posturas antidemocráticas, este es el camino a la represión generalizada de la sociedad. El miedo es la materia prima de los medios de comunicación para producir histeria colectiva, y para los políticos de oficio, que ofrecen soluciones inmediatas que carecen de hipótesis sólidas, y ejemplo de ello es el fracaso del DIBISE, que se fundó sólo en la dimensión subjetiva, por ello no sirvió para revertir la criminalidad.

2.       EL ABORDAJE DE LA PROBLEMÁTICA

2.1 EL PROBLEMA DE LOS NÚMEROS

Lo anterior es un problema de enfoque, que tiene su correlato metodológico, en este sentido la dimensión subjetiva se basa en la metodología cuantitativa: solo enumerar delitos; el enfoque objetivo se basa en metodología cualitativa que busca integrar “grados, las formas y la lógica de la violencia”. La propuesta de Capriles denuncia que en Venezuela muere un venezolano cada 75 minutos, que la impunidad supera el 93% de los delitos que se cometen, que tenemos una tasa de homicidios por encima de 50 por cada 100.000 habitantes. La propuesta de Chávez más o menos se reconoce las mismas cifras y además agrega que en los últimos 20 años las cifras se han cuadriplicado, que la cantidad de robos supera a la de los hurtos, que son mayoritariamente los jóvenes quienes están involucrados en los crímenes, como víctimas o como victimarios, que entre el 60% y 70% de los delitos ocurren en la zona de residencia de la víctima, que la violencia interpersonal y el uso de armas de fuego en ella se realiza principalmente en la nocturnidad, entre otros aspectos.

A simple vista podemos decir que ambas propuestas, por lo menos dan cuenta de una realidad, sin embargo, profundicemos un poco en la forma como se construyen estos datos. Si se parte del enfoque objetivo, los datos se construyen fundamentalmente para abordar la problemática desde las condiciones sociales en las cuales surge, ello implica interpretar la violencia desde una manera multifactorial, separar metodológicamente las causas y las consecuencias, y entender que estas dos devienen de múltiples y generan múltiples factores. Ello implica superar la instrumentalidad de la información, poder observar “sujetos, tiempos espacios y circunstancias”,  superar la visión policiaca sobre la materia y también incorporar la voz de la víctima y el victimario, es decir comprender la triada: delito-víctima-victimario, significa ir mucho más allá del número.

Por su parte el enfoque subjetivo-cuantitativo, es un enfoque que domina hoy día la materia a nivel mundial, que se vende como neutral, que no tiene ningún sesgo valorativo porque se basa en los números, sin embargo, realmente sucede todo lo contrario, el cómo, cuándo y dónde se presentan dichos números depende de los intereses de quienes manejan dicha información. Esto es un reduccionismo que confunde causas y consecuencias, y el delito se termina confundiendo con el miedo al mismo. En este enfoque la violencia se mide básicamente por el número de homicidios, sin observar las otras formas de violencia, y sin ver las cualidades propias del homicidio (no me refiero al tipo penal, sino al contexto en que se produjo como sicariato, robo, feminicidios, ajuste de cuentas, entre otros).

El homicidio se toma como el indicador fundamental porque aparentemente este es el delito que más se denuncia, sin embargo estas cifras tampoco son exactas, por lo tanto la valoración del homicidio como el indicador excepcional de la violencia es un fetichismo, es una metonimia, que pretende explicar el todo, a partir de una de sus partes. Esto no es sólo un problema de carácter metodológico, sino que obedece a una construcción hegemónica de la problemática, construida desde los centros de poder mundial, en donde se establecen escalas de valoración que dicen cuál país es más violento que otro, y obedece básicamente a la política de seguridad nacional de lo Estados Unidos, que es impuesta fuera de sus fronteras, con estas mediciones se puede tipificar a un país como violento según los criterios de quién construye la escala, sin siquiera observar las condiciones internas de la violencia. Esta problemática lleva a que la “cooperación” internacional en la materia, obedezca sólo criterios policiacos, y a la creación de un mercado internacional de venta y compra (no compra y venta como se suele decir) de bienes y servicios de seguridad por parte de los países industrializados.

2.2 EL CÁLCULO DE LAS MUERTES

Una preocupación muy importante para los venezolanos, es la cantidad de muertes producto de la violencia, sin embargo, no quiero ser el ventrílocuo de aquellos que lamentablemente han perdido la vida, no pretendo hablar por ellos, eso se lo dejo a los especialistas del espectáculo. Pero si quiero decir que me preocupan las muertes por la violencia, como también aquellas que se producen en accidentes viales. En un informe emitido por el Ministerio del Poder Popular para Salud en el año 2008, se muestran las causas de muerte en Venezuela, pudiéndose observar que la cantidad de fallecimientos por accidentes de tránsito corresponde al 80% de los fallecidos en hechos de violencia, y en la propuesta de la Misión A Toda Vida Venezuela se dice que al año mueren más de 7000 personas, esto también es una cifra alarmante, sin embargo no hay una preocupación mediática por ello. Todos los lunes los reporteros están como buitres en las morgues, preguntándoles a los familiares de los fallecidos por la delincuencia “cómo se sienten”, ¿cómo se van a sentir? sin embargo, las muertes por accidentes viales nunca se reportan sistemáticamente, son “hechos aislados”.

En la sociedad venezolana, o mejor dicho, en un sector de la sociedad venezolana  se promueve el miedo como estrategia política, eso lo refleja Capriles al decir que “están encerrados”. Si el miedo es por la cantidad de muertes, también se debería promover el miedo a andar con carros en las vías públicas, por la cantidad de fallecidos que lamentablemente hay en las carreteras; al contrario, la ideología del consumo promueve que todos debemos tener carro, y cada día se venden y se compran más carros sin reparar en el miedo, este es un claro ejemplo del carácter ideológico del mismo.

En la propuesta de Capriles, los números pretenden decir generalidades sobre Venezuela, sin acercarse a valorar objetivamente el problema de la in-seguridad en el país, a pesar de que en la misma se argumenta que la propuesta está basada en recorridos que ha hecho por la nación y en las ideas de expertos en la materia que lo acompañan. Por su parte, la propuesta de Chávez mantiene una coherencia con el enfoque objetivo, apuntando hacia una metodología cualitativa que tiende a valorar multifactorialmente el tema in-seguridad, sin embargo, aquí ya empezamos a observar contradicciones. El problema de la visión cuantitativa es medir el homicidio como indicador fundamental de la in-seguridad, y la propuesta de Chávez presenta problemas de este tipo, al exponer las cifras nacionales de homicidios, efectivamente se puede ver una presentación por regiones y estados, lo que indica un análisis nacional, tomando en cuenta lo que sucede en las distintas regiones, pero el homicidio en sí no es discriminado, es decir, no se presenta un análisis de los contextos de dichos homicidios, cuáles son las causas de los mismos (robo, ajuste de cuentas, sicariato, violencia de género). El homicidio es definitivamente el delito más lascivo, porque es contra la vida, y es por la protección de la vida que se fundan los Estados según Hobbes, pero esta no es la única forma de violencia, ni tampoco de los homicidios en general sin conocer sus contextos; esto no busca disminuir al homicidio como problema, sino comprender las causas que lo produce, no se puede meter todo en un mismo saco.   

Uno de los problemas de Capriles es que se basa en una escala numérica, en la cual se dice que un venezolano muere cada 75 minutos por la delincuencia, como si todos y todas estuviéramos en una fila esperando una bala; este mismo error lo comete Chávez al reconocer la problemática de la cantidad de muertes en accidentes de tránsito, lo hace diciendo que en Venezuela muere un venezolano cada 90 minutos por esta causa. En ambos casos esos números no dicen nada del problema, sólo generar ansiedad, miedo, frustración en la sociedad. Repito, ese tipo de formulaciones numéricas de la problemática obedece a modelos creados por países imperialistas para decir quién es más violento, y quién no, según sus intereses, por ello es necesario una construcción soberana del delito. La violencia existe, la delincuencia existe, la in-seguridad existe, eso es innegable, pero las políticas públicas para afrontar estas realidades no pueden estar basadas exclusivamente en el miedo.

2.3 EL PROBLEMA DE LAS DROGAS

Sobre este tema son muchas las cosas que se pueden decir, yo me enfocaré en un solo aspecto: el problema de la ONA. Ambos candidatos manifiestan que el problema de las drogas es un aspecto que hay que abordar en el ámbito de la seguridad, estas declaraciones de buenas intenciones no se acercan a vislumbrar qué es lo que hay que hacer. Si hay un tema en el cual la imposición de políticas internas de Seguridad Nacional de Estados Unidos es impuesta al resto de los países, es precisamente éste, y la DEA como brazo ejecutor de sus políticas, es el modelo de policía internacional que ha servido para la injerencia dentro de las naciones, lo peor de todo es que en Venezuela, un país que apunta hacia la multipolaridad, tiene un órgano que rige al país en materia de drogas siguiendo el mismo modelo de la policía mundial inventada por los gringos.

Las drogas pueden ser en un principio un problema de carácter psicológico y biológico, y posteriormente de carácter social, sin embargo, el imperialismo ha impuesto mundialmente que el problema de las drogas es un problema de orden público, y por lo tanto un problema militar-policiaco, y este modelo nosotros lo repetimos al pie de la letra, al igual que otros países en el continente que abiertamente siguen las políticas impuestas desde el norte, a través de tratados de libre comercio y políticas anti droga: un problema que es de salud pública se aborda desde la concepción de seguridad pública. Voy a traer algunos ejemplos de lo que digo: nuestro ministerio encargado de las relaciones interiores y de la justicia, se la vive extraditando narcotraficantes a E.E.U.U. y se enorgullece de ello mostrando las estadísticas de cuántos traficantes exporta al norte ¡señores! eso es un problema de seguridad nacional de los gringos no nuestro, esas políticas de imposición imperial están hechas para producir la violencia nefasta que está presente en América Latina, porque las acciones de los gobiernos para reducir las drogas, terminan siendo acciones contra los pobres.

La ONA es un organismo con una profunda estructura y lógica militar-policiaca, que tiene un Fondo y una Fundación orientados a invertir recursos en materia de prevención, esto último es realmente secundario; toda la estructura de la ONA es militar, y piensa la drogas como un problema de este tipo,  y si esto no cambia, seguiremos repitiendo las recetas impuestas desde el norte, transgrediendo nuestra soberanía. Claro usted como lector dirá ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo combatir las drogas sin una estructura militar? lo que puedo responder es que tal vez combatir las drogas es precisamente el problema.

Si hacemos una revisión de la historia, nos damos cuenta que esta visión militarista fue introducida en el siglo XIX por el Reino Unido en lo que se llamó la guerra del opio. Esta fue la primera vez que se estructura una lucha militar con excusa en la drogas y a partir de entonces, se crea una doctrina militar sobre la materia, lo que significó la imposición del Reino Unido sobre China. En esta guerra surgió la primera asociación sistemática entre drogas y armas, y cómo estas últimas son de manufactura o control militar; fue también la primera asociación sistemática entre drogas y militares. Una historia similar, aunque con sus notorias diferencias sucedió en Centroamérica, en la imposición militar de los Estados Unidos sobre los Movimientos de Liberación Nacional, sin embargo, esto se olvida porque “la falta de memoria es la madre de la impunidad”. Los militares que están en la ONA, una institución de un organismo de un país que apunta a la multipolaridad deberían estudiar a fondo la guerra del opio para transformar esa institución.

2.4 LAS ARMAS

Ya que he tocado el tema de las armas, puedo decir que Capriles y Chávez coinciden en la importancia de sacar de las calles las armas que son ilegales, y se enfocan en eso, sin embargo en ninguna de las dos propuestas se hace referencia al combate del mercado de armas en su ámbito nacional y trasnacional, de hecho en ambas propuestas no se advierte de dónde salen las armas, como si estas surgieran por generación espontánea o se auto-reprodujeran. Atacar la posesión de armas no es atacar el tráfico, la realidad es que las armas con que se cometen delitos no se producen en el país ¿cómo ingresan esas armas? porque la Guardia Nacional incauta drogas que se intentan ingresar al país, pero no es muy común ver noticias de incautación de armas; y hoy día sabemos que son más los muertos por las guerras de las drogas que por las propias drogas, que para la guerra de las drogas se necesitan más armas y balas que drogas. Hay una tesis manejada por el Ministerio de Interior y Justicia a través de la Comisión de Desarme, que dice que las armas tienen un origen legal, pues fueron armas robadas a sus propietarios en la décadas de los 80 y 90; tal vez un porcentaje de las armas que se utilizan para delinquir tengan ese origen, no sé nada de armas, pero las tres veces que me han atracado al armas no se veían tan viejas, no eran los .38 que aparecen en Cangrejo.


2.4 SEGURIDAD PÚBLICA Vs. SEGURIDAD CIUDADANA

Comúnmente se confunden seguridad pública y seguridad ciudadana, sin embargo, son dos formas distintas de entender la responsabilidad del Estado en el resguardo de la vida y la integridad de las personas, veamos las diferencias:

La seguridad ciudadana tiene como objeto la garantía de los derechos de las personas, por lo tanto la construcción de la seguridad tiene una amplia visión ciudadana y es fundamentalmente de carácter preventivo, en este sentido, se enfoca en que los ciudadanos sean menos víctimas del delito, pero también que se sientan menos amenazados de ser víctimas; en ello, los cuerpos policiales y los organismos judiciales tienen una importante responsabilidad, buscando las formas de erradicar la impunidad, como mecanismo para la garantía de los derechos. En esta forma de seguridad, la violencia se entiende multifactorialmente como el resultado de condiciones sociales que radicalizan la conflictividad; podemos observar entonces que existe una relación directa entre la dimensión objetiva, la metodología cualitativa y la seguridad ciudadana.

Por su parte la seguridad pública, desarrollada por dictaduras y procesos políticos de represión, tiene más relación con la noción de “orden público” y parte de la definición de un “enemigo interno” que es difuso, por lo tanto todos terminan siendo enemigos internos; se basa en la doctrina de la “mano dura” y su objeto es el control y la represión de la ciudadanía y la violencia se concibe como una “patología social”, como el resultado de un proceso unívoco y unilineal en el cual se fetichizan los cuerpos policiales y militares, legitimando el uso de medidas antidemocráticas como la tortura, el secuestro policial y judicial, la desaparición forzada, remedios efectivos ante la enfermedad. Existe una relación directa entre la dimensión subjetiva, la metodología cuantitativa y la seguridad pública.

En la propuesta de Capriles están difusas las siguientes afirmaciones: “Que las condiciones al nacer no determinen tu destino”, “El lugar donde nacemos no se convierta en una limitante que determine el desarrollo de nuestro potencial”, “los violentos son unos pocos”. Estas frases son bien preocupantes para quienes creemos en la construcción de la democracia como forma de transformar las condiciones actuales ¿qué significan estas frases? Pues son frases que tienen su fundamento en un tipo de psicología que tuvo mucho auge a finales del siglo XIX y principios del siglo XX: la psicología experimental, esto no es contradictorio con la propuesta de Capriles, pues la noción de progreso, que es el fundamento de la propuesta de este candidato, estuvo muy de moda en esa época, y fue utilizada por ambos bandos en la segunda guerra mundial, sin embargo en América Latina es un concepto prácticamente desechado después de los estudios realizados dentro de la CEPAL. Además de ello, que en esta propuesta aparezcan frases como “el lugar donde nacemos” parece un discurso más fundado en estudios de etología, de nichos ecológicos que en las ciencias sociales, esto también sucedía mucho a finales del siglo XIX. Por otra parte, cómo es eso de “los violentos” ¿qué son esos, enemigos internos? Por cierto, la categoría de nocturnidad que aparece en la Misión A Toda Vida Venezuela, también es una categoría de la etología.

Esta propuesta también habla de las “las trampas de la pobreza” como una de las causas de la delincuencia ¿La delincuencia sólo deriva de la pobreza, de sus trampa? ¿Los delincuentes son sólo los pobres? También se afirma que la violencia es generada por una “agresiva manera de hacer política”, es decir, en esta propuesta la violencia sólo tiene dos causas: las trampas de la pobreza y esa agresiva forma de hacer política; por cierto no conocía ese concepto de “trampas de la pobreza” y me puse a buscarlo, encontré que es un concepto construido desde la teoría neoliberal, desarrollada bajo el paraguas de los órganos financieros multilaterales, por ejemplo el Banco Mundial. Retomando, la propuesta de Capriles tiene como metas el “orden y seguridad en sus ciudades y en las zonas populares”, el “orden” es una de las características de la se seguridad pública, que no se enfoca en la garantía de los derechos.

La Misión A Toda Vida Venezuela define como causas de la violencia la conflictividad dentro de los contextos familiares, la promoción de la violencia a través de los medios de comunicación, el desequilibrio en las relaciones de género, fácil acceso a las armas de fuego, tráfico y consumo de drogas y alcohol, déficits en los servicios públicos, problemas de los cuerpos de seguridad, patrones de persecución y procesamiento policial de la delincuencia, deficiente respuesta institucional, ausencia de políticas públicas que aborden el “control de la violencia desde la escuela y la familia”, y falta de control sobre los servicios de seguridad ciudadana.

Claramente podemos observar que esta propuesta valora que las causas de la violencia son multifactoriales, estableciendo causas estructurales, situacionales e institucionales, por lo tanto apunta según lo dicho, a la seguridad ciudadana y no a la seguridad pública. Sin embargo hay una causa que no está en el párrafo anterior, la cual es: “Exclusión material y simbólica, especialmente de las/os jóvenes”. Sobre esta causa se debe tener mucho cuidado y ver cómo se interpreta, si bien las estadísticas indican que el grupo poblacional más involucrado en el tema de la violencia es el de la juventud, ya sea como víctima o como victimario, la delincuencia no está presente “especialmente” en la juventud, sino que atraviesa todos los sectores etarios, hay que tener cuidado y si esta afirmación significa la construcción de un “enemigo interno” como ya sucedió en el pasado en este país, fundamentalmente en la década de los ochenta y los noventa, cuando ser joven era un crimen, el puesto de la Guardia Nacional de Cumbre Roja en la carretera panamericana Las Tejerías-Los Teques, tiene muchas anécdotas en la materia. Otro aspecto que es contradictorio es cuando dice que faltan políticas que aborden el control de la violencia en el ambiente familiar y escolar, recordemos el concepto de control está asociado al orden, y el orden a la seguridad pública, y la seguridad pública a las dictaduras. Las familias y las escuelas no necesitan control, sino políticas que promuevan y permitan el ejercicio democrático de la creatividad por parte de sus miembros.

3.       LO QUE PROPONEN LOS CANDIDATOS

A continuación expondremos las propuestas en materia de seguridad, tomando en cuenta cinco ángulos: el social, el de las políticas, el penitenciario, el judicial y el policial.


3.1 CAPRILES


a) SOCIALES
Como ya lo hemos advertido, la propuesta de Capriles apunta a que las personas en su “ciclo de vida” no tenga “miedo de salir a las calles”, para ello, se enfoca en “prevenir que lo miembros de la familias caigan (…) en la trampas de la pobreza”, para que todos puedan mantenerse fuera de la criminalidad, propone crear “relaciones estratégicas en función de la paz, bienestar y oportunidades para todos”; ello implica generar acciones de prevención que signifiquen: a) crear oportunidades para niños y jóvenes, b) desarrollo de espacios públicos, c) mejorar los servicios públicos, d) atención a niños y adultos en situación de calle, e) atención a mujeres víctimas de violencia y f) de los jóvenes en peligro de caer en la delincuencia.
El programa dice que en este sentido se crearan promotores comunitarios de paz para la resolución alternativa de conflictos, se promoverá la colaboración entre la comunidad y la policía, atención a las poblaciones más vulnerables, promoción en las escuelas de formas alternativas a los conflictos, deportes para todos a través de gimnasios verticales, arte y cultura en la calle y casas de la cultura y el programa de “primer empleo”.


b) POLÍTICAS
En materia de políticas (que para este escrito significa el enfoque global del Estado sobre un tema en particular) Capriles a través de su propuesta le ofrece al país la convivencia democrática, la cual consiste en: a) Estado descentralizado, b) plural, c) respetuoso de las leyes y Constitución, d) de los derechos humanos, e) de las atribuciones de los poderes, f) promotor de la paz y g) de la legalidad. En esta propuesta se ofrece cero tolerancia con la violencia, el delito y la impunidad”, con resultados a corto plazo, partiendo de que cada delito debe tener una condena, y así vencer la impunidad, para ello requiere de la descentralización del Estado, de planificación y coordinación entre los diferentes entes del Estado y la despartidización de la seguridad.


c) PENITENCIARIO
En los aspectos penitenciarios, la propuesta de Capriles habla de aplicar la ley sin exclusión ni privilegios, construcción de seguridad ciudadana enfocada en prevención, policía, justica penal y sistema penitenciario, garantizar la reinserción social de quienes han sido privados de su libertad, para esto último se requiere abordar las cárceles en función de la infraestructura, reubicación (máxima, media, mínima), régimen de vida del interno, aulas penitenciarias, actividades extras, mejorar la dotación y el personal.


d) JUDICIAL
En ámbitos de la administración de justicia esta propuesta se centra en:
·         Acceso a la justicia a todos por igual.
·         Aumento del número de jueces de control penal.
·         Habilitación de tribunales de control, juicio y ejecución.
·         Coordinación entre los distintos niveles del poder judicial.
·         Promover un sistema de distribución aleatorio y objetivo de las causas.
·         Optimización del funcionamiento de las direcciones internas del Ministerio Público.
·         Formación técnica y ética de los fiscales del Ministerio Público.
·         Mejorar la atención al ciudadano.
·         Aumentar el número de unidades de atención a la víctima.
·         Que existan espacios apropiados para los abogados, imputados y víctimas.


e) POLICIALES
En términos policiales, Capriles propone:
·         Detener el número de muertes violentas, secuestros, robos de vehículos, posesión ilegal de armas, violencia intrafamiliar y en contra la mujer.
·         Decomisar, destruir armas ilegales: plan desarme (incentivo por arma), destrucción de armas, control de armas.
·         Controlar y prevenir el tráfico y micro-tráfico de drogas.
·         Cuerpos policiales confiables
·         Organización y coordinación policial, delimitación clara de responsabilidades y jurisdicción.
·         Autoridad policial bien pagada.
·         Descentralización policías regionales-municipales-comunidad.


3.2 CHÁVEZ


a)    SOCIALES
En materia social, la propuesta de Chávez hace referencia a la preservación del acervo moral del pueblo venezolano, esto es:  “Preservar los valores tradicionales del pueblo venezolano –honestidad, responsabilidad, vocación de trabajo, amor, solidaridad, voluntad de superación y de la lucha por la emancipación, como defensa contra los antivalores del modelo capitalista, que promueve la explotación, el consumismo, el individualismo y la corrupción, y que son el origen de la violencia criminal que agobia a la sociedad venezolana”.  De igual forma propone la incorporación de los jóvenes  y de convivencia comunal orientadas a la paz; a su vez, incidir en las condiciones de seguridad y suprema felicidad de la familia, luchar contra los factores determinantes de la desigualdad social, desarrollo de los comités de prevención social, profundizar la ética y moral socialista, promover la convivencia y la seguridad ciudadana a nivel comunitario a través de las formas alternativas de resolver conflictos, la atención a las víctimas y un plan de prevención destinado a los jóvenes desocupados de los sectores populares. Así mismo, “promover los territorios sociales que fortalezcan la convivencia solidaria y la seguridad ciudadana en lo cotidiano de la vida social familiar y comunal, así como la liberación frente a riesgos controlables”


Además, en el ámbito social, esta propuesta considera necesaria la creación de un fondo para el desarrollo de proyectos comunitarios de carácter preventivo, el aumento de la inserción de jóvenes dentro del sistema educativo, aumento de la inclusión de jóvenes dentro del aparato productivo. A su vez propone la realización de una campaña nacional por la convivencia pacífica, la constitución de centros comunales integrados de resolución de conflictos, la realización de consultas nacionales en cuanto el papel de los medios de comunicación en la producción y reproducción de la violencia y la creación de un sistema nacional de víctimas de violencia grave intencional.

b)      POLÍTICAS
En el ámbito de las políticas, esta propuesta parte de la concepción de la democracia socialista, convivencia y seguridad, que significa: a) igualdad sustantiva, justicia social, convivencia y seguridad; b) Poder popular, autorregulación y convivencia solidaria. El programa establece claramente que el principio del mismo radica en la no criminalización de la pobreza ni de la violación de derechos humanos, el objetivo debe ser más bien la reducción de la pobreza, y debe ser desarrollado en base a la participación de las comunidades organizadas. Esta propuesta, como ya se ha reflejado, concibe el problema de la violencia multifactorialmente y en este sentido busca el fortalecimiento de la investigación y formación en materia de seguridad ciudadana, en la priorización del territorio según los datos sobre la criminalidad, y en el fortalecimiento del sistema de justicia, la promoción de la justicia y la paz comunal, por último, para el desarrollo de esta propuesta se establece la conformación de una estructura institucional que tendrá la siguiente forma:

Encabezada por el Poder Ejecutivo Nacional, tendrá una Secretaría Ejecutiva que estará conformada por representantes de la ocho regiones del país, en cada Estado habrá un Comando Estratégico Estadal, que estará conformado por los representantes de los distintos poderes con competencia en la materia, y este se dividirá a su vez en una Comisión de los Órganos de Seguridad Ciudadana, Comisión de Justicia Penal y Comisión de Prevención Integral, la Organizaciones Comunitarias tendrían presencia en esta estructura.

c)       PENITENCIARIO
En materia penitenciaria, la propuesta de Hugo Chávez, se centra en la consolidación de la infraestructura penitenciaria, el desarrollo de las comunidades penitenciarias, alternativas al cumplimiento de condenas, apoyo post-penitenciario, reforma del sistema penitenciario con miras a la rehabilitación. También propone la “transformación social del privado de libertad”, y la incorporación de las bases de la sociedad a las labores penitenciarias.

d)      JUDICIALES
En esta propuesta, uno de los objetivos fundamentales en materia de la administración de justicia es “combatir la impunidad, el retraso procesal de pena y otros beneficios, en coordinación con el Ministerio Público, Defensa Pública y Poder Judicial”, ello significa la revolución en el sistema de justicia, lo que implica:
o   Fiscalías y juzgados municipales.
o   Más tribunales en materia penal.
o   Más fiscalías
o   Infraestructura para tribunales y fiscalías.
o   Coherencia entre los instrumentos jurídicos.
o   Promulgación de un Código Penal y un nuevo Código Orgánico Procesal Penal.
o   Creación de un sistema integrado del órgano de justicia penal.
o   Casas de justicia penal en cada uno de los municipios priorizados
o   Fiscalías estadales dedicadas a la investigación penal.


e)      POLICIALES
Para la propuesta de Chávez, el problema de la in-seguridad debe ser enfocado policialmente  potenciando “las capacidades de los organismos de seguridad del Estado para garantizar la estabilidad política y la paz de la nación”; desarrollando investigación criminal que permita combatir la impunidad; ejecutando medidas de control de armas, municiones y desarme; fortaleciendo la investigación, aprehensión, procesamiento en los casos de homicidios, secuestros, robos y hurto de vehículos; equipando los cuerpos policiales; desplegando nacionalmente la Policía Nacional Bolivariana; refundar el CICPC; continuar con la reforma policial iniciada en el 2006; y desplegar nacionalmente la UNES. Esta propuesta se enfoca en atender prioritariamente a los 79 municipios con mayores índices de violencia; y desarrollar un Plan Nacional de despliegue de la Policía Comunal; tecnificación de los mecanismos de comunicación de los cuerpos de seguridad; crear un registro nacional de huellas dactilares; desarrollar un plan de resguardo de vías rápidas. Por tal motivo para esta propuesta, el tema policial no trata de la creación de puntos de control por el país, sino atender las diversas aristas que dentro del área policial se requieren para la buena actuación policial.


REFLEXIONES FINALES

Muchas veces, la precipitación sobre un problema contribuye más al problema que a la solución del mismo, por ello el abordaje de la violencia debe dejar de lado el discurso de la práctica de la urgencia y de la desesperación para enfocarse en lo importante. En primera instancia se debe determinar de la manera más apegada a la realidad, cuáles son los grupos realmente vulnerables y los grupos probabilísticamente más vulnerables a ser víctimas de algún tipo de delito, mientras esto no se haga, las ciudades seguirán siendo o se convertirán en sectores fortificados versus sectores discriminados; los políticos tendrán mucho de qué hablar y tendrán materia prima para el desarrollo de sus carreras, ofreciendo acabar con el delito, sin que ello signifique que tengan siquiera la idea de cómo hacerlo; y los medios de comunicación tendrán de que hablar. En este sentido, la priorización que se ha hecho en la Misión A Toda Vida Venezuela de los 79 municipios con mayores índices de criminalidad, parece un buen indicio.

Por lo tanto el problema del abordaje de la seguridad debe ir más allá del esquema mediático y de la demagogia política, debe formularse como lo que es, como un problema de primer orden para la sociedad venezolana, y como tal debe ser tratado. Mientras esto no suceda, mientras la pauta sobre la problemática se dictamine desde lo mediático y lo político-electoral-maniqueo, no habrán soluciones viables a la problemática. Por ello consideramos que la deficiencia en la propuesta de Capriles, es no poder dimensionar objetivamente el tema de la in-seguridad. Por su parte, en la propuesta de Chávez hay todo un reconocimiento de los factores multifactoriales de la delincuencia, pero tiene un grave problema en la concepción instrumentalista de estos factores, y no sirve de nada tener grandes enunciados de enfoque, de metodologías si en la práctica estos no son un principio de actuación de las instituciones, la burocracia en este aspecto representa un gran obstáculo.

Capriles se enfoca en la dimensión subjetiva, en la metodología cuantitativa y la concepción de seguridad pública, según los elementos que surgen de su propio programa; elementos que apuntan a medidas de represión generalizada en la sociedad, pues se ha configurado un enemigo interno difuso. En esta propuesta también se dice que habrá resultados a corto plazo ¿cómo será eso posible si la problemática es tan compleja? cuando afirma que es necesario que cada delito tenga una condena, parece acercarse a los modelos políticos centrados en la represión por parte del Estado, para los cuales la solución a estas problemáticas es el endurecimiento de las penas. Por su parte la propuesta de Chávez inicia con un enfoque orientado a la dimensión objetiva, tiene una tendencia a la metodología cualitativa, pero con graves concepciones centradas aún en lo cuantitativo y en materia de seguridad, parte de la concepción de la seguridad ciudadana aunque con elementos que se cuelan de la concepción de la seguridad pública.

En este sentido, tenemos que hacer el esfuerzo para comprender que la política pública en materia de seguridad ciudadana (nótese que ya no digo seguridad pública), no puede enfocarse en el miedo de la gente, sino en la forma como ocurren los delitos, y las consecuencias que estos tienen en la sociedad, incluyendo el miedo; una política pública en la materia debe afrontar la criminalidad; y nótese que no decimos enfrentar a los delincuentes, ni a los criminales. Enfrentar la delincuencia y no al delincuente significa primero que se va a enfrentar las causas sociales que generan la delincuencia y no sus consecuencias, y segundo que no se trata de ver al delincuente como un enemigo interno en términos militares. Esto último es una posición totalmente fachista que se enfoca en la aniquilación del sujeto que ha trasgredido la ley, y no en la construcción de la armonía social. Se debe tener mucho cuidado con estos aspectos porque 1) el estigma social convierte a todos los que no estén dentro de las esfera socioeconómica que controla los medios de producción del estigma, en delincuentes; 2) esto no permite ver que quienes delinquen son también víctimas de la delincuencia; y 3) que el concepto de delincuencia común, denotativamente significa que todos los que estamos fuera de los centros de poder económico y político somos comúnmente delincuentes.

Las políticas en seguridad ciudadana deben apuntar hacia la intervención del espacio público, pues este es un problema público, que no se puede resolver en la dimensión privada, debe pensarse en función de “servicios, resultados y confianza”, deben ser consustanciales con el resto de las políticas del Estado, esto no significa la “seguritización de todas las políticas sociales”, pues esta es una concepción perversa que genera estigmatización social y debe partir de la consustanciación de las políticas nacionales con las locales.

1.       EN LO SOCIAL:
En este ámbito, Capriles y Chávez expresan la importancia de generar políticas que apunten a la prevención de la violencia. En la Venezuela de hoy no se puede negar todas las políticas y programas que el actual gobierno de Hugo Chávez ha desarrollado en materia social, medidas que están orientadas a transformar las condiciones sociales, sin embargo, a pesar de todas estas medidas tenemos graves problemas de in-seguridad; y estoy convencido que esta contradicción obedece a que dichas políticas sociales tienen definiciones muy progresistas (que no es lo mismo que progreso), pero se terminan aplicando de manera instrumental, por lo tanto no han logrado penetrar estructuralmente en la sociedad venezolana, la burocracia estatal (de todos los colores políticos) ha interpretado tecnocráticamente las medidas sociales diseñadas para transformar la sociedad; aguas arriba se piensa una cosa y aguas abajo se hace otra.

En el ámbito social, ambas propuestas coinciden en promover, difundir, el deporte y las actividades artísticas-culturales, la formación educativa y el trabajo en la población más joven como estrategia de prevención social de la delincuencia. Que los jóvenes sea el mayor grupo poblacional involucrado como víctima o victimario, no es un problema de este grupo social, es decir, pensar que este problema es un problema propio de la juventud, que es lo que se refleja en las políticas que se pretenden implementar, es una deficiencia metodológica que no permite valorar la totalidad de la problemática. La juventud, es una expresión de la juventud, de eso no hay duda, pero también es una expresión de la sociedad en general, y no comprender eso, puede derivar en que la juventud se configure como un “enemigo interno”, algo que sucedió en nuestro país, con mayor expresión en los gobiernos de Campins, Lusinchi, Pérez y Caldera, donde ser joven, de una zona popular y desocupado, era una triangulación identitatira que te obligaba a salir corriendo cundo aparecía alguna patrulla de la policía. No sólo la delincuencia está presente en la juventud, no sólo la delincuencia está presente en los jóvenes desocupados, no sólo está presente en los jóvenes de las zonas populares; adultos, con trabajo y de zonas “no populares”, jóvenes de zonas no populares, también cometen delitos, y también son víctimas del mismo. Hay una pregunta que ambos programas no saben responder ¿por qué la violencia aparece con mayor frecuencia en los jóvenes como grupo poblacional?

Una frase muy famosa en el país fue: “hacer deporte es hacer patria”, y vaya patria la que se hizo, sin embargo, hoy vemos otra vez que dos propuestas presidenciales retoman la idea de que la forma de prevenir la violencia en la juventud es mantener ocupados a los jóvenes. En un sentido administrativo esto es un problema grave del Estado venezolano: cómo es posible que propuestas nacionales, presidenciales anden ofreciendo cosas que son directamente responsabilidad de las alcaldías, lamentablemente las alcaldías (del color que sean) no cumplen con sus responsabilidades, y los Concejos Municipales son una estafa para el presupuesto de la Nación. En un sentido político ¿la juventud ha participado en la definición de sus problemáticas, de sus condiciones, de las soluciones? Y en un sentido académico ¿se ha analizado el tema de la violencia en la juventud? Las respuestas a estas interrogantes no se pueden vislumbrar en las propuestas, y al contrario, lo que está de fondo es la idea de que “hay que mantener ocupados a los jóvenes para ver si se comportan”. La propuesta de Capriles tiene lógica al llegar a una conclusión así pues su objeto no se construye a partir de principios metodológicos; sin embargo la propuesta de Chávez inicia con propuestas metodológicas sólidas, pero termina con estas contradicciones, por la interpretación instrumental de la información. En ultimas, uno hace deporte o alguna actividad artístico-cultural teniendo como objeto fines deportivos o artísticos-culturales, si eso contribuye con la disminución dela violencia, que bueno, pero pensar que estas actividades tienen como fin la disminución de la violencia es seguri-tizar al deporte y la cultura.

La instrumentalización de la información está presente en ambas propuestas, pero es en la propuesta de Chávez donde podemos visualizar el problema, por la forma metodológica como se construye el programa de gobierno; en el caso de Capriles, este problema no se puede visualizar, porque ya de entrada tiene serias deficiencias en la construcción de su objeto. Por ejemplo en la propuesta de Chávez, en la parte que le dedica a los consejos comunales se plantea como objeto el aumento de la cantidad de los mismos en función del crecimiento de la población, un grave error que radica en la instrumentalización de los Consejos Comunales ¡compañeros! el problema no es cuántas organizaciones de éstas hay, sino que realmente se estructuren, organicen y desenvuelvan como CONSEJOS.

El error de la propuesta se basa en la lógica de evaluar sólo por los números, así como sucede con el homicidio, por ello hay que dejar de pensar instrumentalmente,  porque las consecuencias de este pensamiento llevan a confusiones como la expresada el programa de Chávez, al colocar la moral y la ética en el mismo nivel, siendo que estas pertenecen a niveles distintos. La moral son las nociones que tenemos sobre el bien y el mal, y la ética es la reflexión sobre la moral, por lo tanto no corresponden al mismo nivel, en todo caso, una reflexión ética socialista debe llevar a construir una moral socialista, pero no a la inversa, ni tampoco en paralelo. La propuesta de Capriles también hace referencia a ética, pero asociándola con técnica, otra interpretación instrumental de la reflexión sobre la moral. Traigo estos elementos a discusión porque considero que el problema de la violencia en Venezuela, está profundamente asociado a la falta de una reflexión ética por parte de la sociedad venezolana, sobre los valores y las normas morales por las que nos regimos; en este sentido los Consejos Comunales podrían ser la plataforma ideal para dicha reflexión, pero para ello hay que trascender la visión instrumentalista de los mismos.

2.       EN LAS POLÍTICAS Y EN LO POLICIAL
Dos elementos que problematizan la seguridad ciudadana y no soluciona en nada las situaciones de in-seguridad son la privatización y la descentralización. La Primera sólo busca poner en el mercado una serie de productos y servicios que son diseñados en los centros de poder económico, con el objeto de que la gente con miedo gaste dinero adquiriendo esos bienes y servicios, pero en realidad, no son un remedio para la in-seguridad, al contrario, son un medio para la privación de la libertad de las personas, que deja un espacio abierto para la reproducción de la delincuencia, pues sin ésta, aquellos no tienen nada que vender. La privatización de la seguridad, convierte este derecho en un privilegio de quienes la pueden pagar, de quienes pueden comprar estos bienes y servicios. La propuesta de Capriles en este tema es confusa, pues expresa en varias partes la “participación de la empresa privada” ¿Cómo será esa participación? La participación de los sectores privados en materia de Seguridad Ciudadana tienen el problema de que los mismos, no apuntan a la prevención del delito, pues esto iría en contra de su propia existencia, ya que en la medida en que el sector privado apueste económicamente a la industria y a los servicios de seguridad, penitenciarios, entre otros, necesita de la ocurrencia de los delitos para su sostenibilidad en el tiempo, es un negocio que depende directamente de la violencia y el temor.

La descentralización se basa en la creación y control de policías en función de la cantidad de niveles que se divida el poder ejecutivo, sin embargo, esto tiene sus complejidades, Venezuela tiene 335 municipios más los estados, se imaginan más de 350 policías en el país, si actualmente tenemos alrededor de 150 y es un desastre, la reproducción de la burocracia no resuelve nada, al contrario, contribuyen más bien con la problemática de in-seguridad porque estas policías sólo desarrollan acciones para acabar con los criminales –físicamente hablando- sin que importe las causas de la criminalidad; además de ello, no permite una política coherente de seguridad ciudadana, vinculada a deberes y derechos, y por último, es una plataforma muy eficaz para que las mafias policiales estén migrando de una policía a otra, cuando incurran en vulneraciones de derechos humanos, corrupción, etcétera.

Ante la problemática de la descentralización, la alternativa es la desconcentración que significa el desarrollo de políticas a nivel local, regional y nacional, en donde en todos los niveles existan claras y definidas competencias sobre la materia, pero en base a una plataforma nacional, ello permite engranar los diferentes niveles de gobierno, y buscar que todas las localidades se encuentren representadas en la política central. }
Por estos motivos, la propuesta de Capriles que se centra en la descentralización, no es una alternativa real al problema actual, una grave problemática en Venezuela en la materia, fue la descentralización, que llevó a que tengamos más de 150 cuerpos policiales, todos desconectados, donde los policías que cometen algún tipo de delito en cuerpo policial, sale de este, y es reciclado por otro, pues la descentralización en Venezuela significó que cada Alcalde o Gobernador tenía su propia soberanía. Podemos revisar los documentos del proceso constituyente sobre los problemas de la descentralización, para quienes creen que esta es la panacea para resolver los problemas. Además cuando Capriles habla de descentralización, hace hincapié en las “fuerzas regionales del progreso”, que son básicamente grupos económicos, cómo van a participar estos en el tema de la seguridad, es una duda que no se resuelve en dicho Programa.

La Misión A Toda Vida Venezuela sin embargo, tampoco apunta en estos términos a algo realmente encaminado a resolver la problemática, la misma define una extensa estructura burocrática para organizar la Misión. Ese es precisamente el problema, que se hace un exagerado ahínco en la estructura del Estado, como si la existencia de esta garantizara per se la solución de los problemas, y muy poco en la metodología concreta de cómo se abordará la problemática, sólo se definen generalidades, sobre las cuales es muy difícil hacer algo desde el punto de vista conceptual o práctico, y este es un problema que el gobierno ha repetido una y otra vez, afirma primero la estructura burocrática antes que las formas de solucionar las problemáticas, y a la larga, las primeras terminan siendo sólo un cascaron vacío, porque no contiene a las segundas.

Otro aspecto en materia de políticas es el presupuesto, lo que se invierte en seguridad ciudadana. Lo primero en esto, es que lamentablemente en Venezuela no hay análisis sistemático de los costos económicos de la violencia, el impacto que esto tiene en la economía y sobre todo en la economía de carácter social, comunal. El presupuesto debe estar basado en prioridades, y por ello lo importante de que la prioridad sea la dimensión objetiva y no la subjetiva, es decir, el riesgo real y no la percepción del riesgo. En América Latina, los presupuestos se gastan en cuerpos policiales no especializadas exclusivamente en seguridad ciudadana, tribunales no destinados sólo a los casos penales y en los entes encargados del desarrollo urbano, sin embargo, el aumento del presupuesto no implica directamente una disminución de la criminalidad, siendo que lo principal del presupuesto se va en las policías, significa que el Estado concentra sus recursos en políticas de prevención policial, control policial y represión. Si pensamos el tema de la descentralización desde el punto de vista del presupuesto, nos damos cuenta que en este modelo, la política de seguridad no está basada en el análisis de la criminalidad, sino en el presupuesto de los municipios o de los estados.

En la inversión de presupuesto, Chávez y Capriles coinciden: más presupuesto para las policías ¿Por qué? si las policías definitivamente no resuelven el problema de la delincuencia, no lo han resuelto, si vulneran derechos humanos, por qué siempre el discurso de los políticos es aumentarles el sueldo y dotarlos ¡señores! la sociedad está invirtiendo sus recursos en un ente que no responde a la misma, que en vez de trabajar a su favor, trabaja en contra, debemos urgente redefinir cómo se invierte el presupuesto en Venezuela en materia de seguridad, a las policías hay que asignarles presupuestos en la medida en que protejan al ciudadano y a la vez respete sus derechos; pero en la realidad sucede que el aumento de los beneficios a las policías por controlar el crimen se traduce en vulneración de los derechos humanos. El otro aspecto que tiene que ver con el presupuesto es la dotación, una tradición en el pensamiento policiaco latinoamericano es invertir y seguir invirtiendo dinero en dotación recursos técnicos y bélicos que no solucionan en nada el problema de la in-seguridad. Una de las experiencias que más se repiten en América Latina es al de policías que patrullan las calles con equipo tecnológico para proteger al ciudadano de sí mismo, inversión de recursos en la neutralización de la ciudadanía.

Pero además de ello, cada aparato que se compra significa dinero que sale del país y se va a las grandes empresas trasnacionales que hacen negocios con la seguridad de las personas, al final la inversión en seguridad que debe ser de carácter público, lo que hace es engrosar las cuentas de las compañías que tienen su centro jurídico en los países imperialistas, por lo tanto, las ganancias de estas empresas se traducen en dinero que va a ser depositado a través de impuestos en el fisco de los Estados Unidos y otras siete naciones más, por lo tanto hay que transformar esta situación para que la inversión en seguridad tenga un ejercicio real de soberanía.

Mientras escribía este artículo, se publicó en la prensa nacional, que se entregaron 500 paletas detectoras de metal, dotación de GPS a transportistas y entrega de unidades a policías por parte del gobierno nacional; ojalá y el problema de la in-seguridad fuera una falta de dotación de las policías, el problema es que al dotarse a la policías también se dota a la delincuencia. Cualquier lector dirá muy sorprendido ¿cómo combatir la delincuencia entonces, con chopos? No negamos que las policías deban tener dotación y mejor presupuesto, pero esta dotación y presupuesto debe ser en función de las respuestas que den a la sociedad, no puede ser que a priori siempre se diga que es un problema de equipos y de dinero. Esto tiene otra lógica de fondo, que la seguridad se logra a través de la presencia de las policías en las calles, estoy convencido que eso es un error, la seguridad se logra con la gente en la calle, la sociedad que se apropia públicamente de lo público, que rescata lo que le han intentado privatizar por la vía de la fuerza, y la policía en ese caso debe apoyar a la sociedad, y debe tener los recursos para ello. Pero los cuerpos policiales se comprenden como un fetiche al cual hay que entregarle siempre los recursos, siempre poner en su altar nuestros sacrificios ¿alguien sabe realmente que es lo que le falta a nuestros policías?

Capriles expresa de forma muy clara que se tendrá “tolerancia cero” con el delito. Este concepto en el plano internacional se ha basado en el miedo (igual que la propuesta de este candidato) y como consecuencia de ello, cada quien se considera auto-referente para defenderse de un “posible atacante” (seguridad preventiva-guerra preventiva); pero también es el fundamento para que los cuerpos de seguridad aumenten las vulneraciones de derechos humanos de las minorías y de las poblaciones marginadas, con la excusa de atacar a los “criminales”. El miedo ha sido más peligroso para los “presuntos delincuentes” que para las hipotéticas víctimas.

3.       EN LO JUDICIAL Y PENITENCIARIO:
El problema judicial es uno de los más graves que tiene la sociedad venezolana, y sin embargo, ambas propuestas lo tocan sólo tangencialmente, como si la impunidad, uno de los principales aspectos que genera la delincuencia, fuese un problema de procedimientos, o de falta de cemento y de cabillas. La impunidad no es el resultado de la falta de condiciones materiales o instrumentales, la deficiencia en estos aspectos es el resultado a su vez de otra cosa, y no la causa; la impunidad en principio no es generalizada, sino que está segmentada: se es más o menos impune, en la medida en que se pueda pagar o no los montos que exigen las policías, CICPC, fiscales del Ministerio Público y jueces. La impunidad no es un problema de técnica, es un problema de carácter político, económico, de justicia y técnico, pero las propuestas sólo ven lo último.

En la década de los noventa, uno de los principales debates de interés nacional era el que se daba alrededor de las tribus judiciales, sin embargo, llegó la quinta república y aquel debate fue apaciguado por la esperanza de la refundación de la patria, y después de tanto tiempo, no sabemos qué sucedió con dichas tribus (la falta de memoria es la madre de la impunidad). El proceso constituyente derivó en una nueva Constitución, esta Constitución requiere de  por lo menos una transformación estructural del sistema de justicia, sin embargo, desde el referéndum mediante el cual se aprobó la nueva Constitución, hasta el momento, no ha habido ni luces de una revisión del sistema de justicia, sólo remiendos, sólo paños de agua caliente. Esta es una de las causas estructurales de la impunidad, este grave problema no se resuelve teniendo más fiscales o jueces, o más asientos para los abogados, la impunidad en nuestro país podrá ir mermando cuando la justicia empiece a responder al mandato constitucional de que Venezuela es un Estado Social de Derecho y de Justicia, para poder hacer esto, se deben de revisar al detalle los procedimientos del Ministerio Público y del Sistema de Justicia, y esta revisión se debe hacer de puertas abiertas a la sociedad, a las comunidades, porque en nuestro país se debe consolidar la democracia participativa y protagónica. Una verdadera revolución, o por lo menos transformación del sistema de justicia, debe apuntar hacia allá.

En el año 2009 en Perú pude observar una valla publicitaria que decía algo así como: nadie está exento de ser víctima o victimario en un delito, en ese momento actuará el Ministerio Público. En nuestra Venezuela la cosa no cambia, el Ministerio Público no trabaja para disminuir los delitos, si disminuyen los delitos, los fiscales pierden su trabajo, de hecho los famosos bonos e incentivos laborales en la Fiscalía se otorgan a los fiscales en función de los actos conclusivos que realicen, por lo tanto, entre más actos conclusivos hayan mejor, para que puedan haber actos conclusivos, tienen que haber delitos, o invento de delitos; la existencia de la fiscalía depende de la ocurrencia de crímenes, no de su prevención. Por tal motivo, tiene que haber una reforma en el sistema de justicia que apunte a la prevención de los delitos, que a los fiscales se les evalúe por los delitos que evitan y no por los que enumera, así como a los médicos se les debe evaluar por las enfermedades que previenen y no por cuántos enfermos llegan a su consulta. La Misión a Toda Vida Venezuela, habla de tribunales y fiscalías a nivel municipal y estadal y de la reforma del Código Orgánico Penal, pero esto no es suficiente, es sólo una visión instrumentalista de la revolución o por lo menos reforma del sistema de justicia.

El Estado ejerce legalmente la fuerza de dos modos, a través de los órganos de seguridad (militares y policías) y a través de los órganos de justicia, los primeros requieren del aval de los segundo para su funcionamiento, sin embargo, desde el punto de vista legal, esa fuerza que ejerce el Estado no está reflejada en una prohibición directa al ciudadano, es decir, no hay ninguna prohibición expresa al sujeto. El discurso deontológico del derecho no dice “no matarás”, a nadie se le prohíbe matar, el discurso deontológico del derecho  lo que dice es que si  alguien comete asesinato el Estado a través de sus órganos, de sus funcionarios, está en la obligación de imponerle una sanción a quien ha cometido el crimen, y es aquí donde precisamente en Venezuela surge la impunidad, los funcionarios públicos juegan con su obligación de imponer sanciones en función de lo que le puedan cobrar o no a los infractores, y en este sentido, quien tenga más dinero (legal o ilegal) es el menos sancionado, por lo tanto como no hay control sobre el funcionario, para que cumpla con su obligación, el ciudadano no se siente coaccionado por la ley y puede cometer delitos amparado en la impunidad que se genera en la falta de control sobre la burocracia.

Por tales motivos, pueden haber miles de patrullas de policías en las calles, pueden haber todos los GPS en todas las unidades automotoras de Venezuela, todos los policías pueden tener el mejor sueldo del mundo, todos podremos cargar paletas detectoras de metal en nuestras manos, pero seguirán ocurriendo delitos. Ambas propuestas electorales apuntan a que hayan policías controlando a los ciudadanos, pero realmente la lucha contra la impunidad es que los ciudadanos podamos controlar a los funcionarios, y los órganos de control tienen una altísima responsabilidad en ello: la Contraloría General de la República, La Defensoría del Pueblo, las Comisiones de Contraloría, Derechos Humanos y de Política Interior del parlamento nacional y sus equivalentes en los parlamentos regionales y municipales; sin embargo, aún estamos muy lejos de ello. Por lo tanto el poder popular debe dirigir su atención y hacer presión social y política sobre estos entes.

Sobre el tema penitenciario, lamentablemente en ninguna de las dos propuestas está presente una interpretación de la triada victimario-delito-víctima, y mientras el victimario no sea tomado en cuenta, las cárceles seguirán siendo los depósitos que hoy día son. Por cierto, Capriles habla de la incorporación de la empresa privada en el sistema penitenciario, peligroso posicionamiento, sólo basta con revisar lo que ha significado la administración privada de las cárceles en Estados Unidos. Sin embargo, la Ministra Iris Valera mencionó muy recientemente que las cárceles se convertirían en empresas ¡en la actualidad son empresas! las cárceles hay que convertirlas en cárceles, con lo que ello significa, y fíjense que no hablo de centros penitenciarios, ese lenguaje políticamente correcto oculta más de lo que aclara, porque el hecho de que se le llame distinto, no significa que dejen de ser el infierno que son hoy día para los pobres de nuestro país, que básicamente son los que están presos, lo que no quiere decir que los pobres sean los únicos delincuentes.

Los delincuentes comunes, pueden ser aquellos que cometen un crimen común, de los que se tipifica en los códigos penales, pero también significa aquellos que comúnmente son delincuentes, es decir aquellos que tienen una predisposición cuasi cromosómica a hacerlo, es decir todos aquellos que habitan a las zonas populares, porque el discurso neoliberal ha transformado tanto el lenguaje que ya no se habla de clases sociales, sino de sectores populares, como si se tratara de nichos ecológicos, con una etiología determinada: el delito. Y estos comunes, son los que comúnmente llenan las cárceles, víctimas de políticas de seguridad que tiene como objeto que las clases altas y medias se sientan seguras en perjuicio de los más pobres. Si todas las bóvedas de un banco son saqueadas por sus “dueños” se llama crisis, si una sola bóveda es saqueada por una “persona común”, la definición es otra.

La respuesta de una sociedad a la cual le han inculcado el miedo como bandera, es creer que los problemas de carácter social se deben solucionar con medidas policiales, en esta visión la delincuencia tiene su génesis fuera de la sociedad, la sociedad no es la responsable de la delincuencia que produce, y las cárceles en este aspecto funcionan como funcionan no por motivos aislados de aquella, es decir, por culpa sólo de malas administraciones, de errores en políticas gubernamentales, definitivamente estas tienen una gran responsabilidad, pero no son la causa principal del problema carcelario, sino el medio para ello, la causa real de que las cárceles sean depósitos de gentes, obedece a que esta sociedad no intenta si quiera redimir, recuperar, reinsertar a quien ha delinquido, la sociedad los quiere aislar, esconderlos, separarlos, confinarlos; y la cárcel termina siendo realmente un exilio a otro territorio con otras reglas, con otros códigos, con otras soberanías y otros soberanos, en esa lógica, es totalmente válido entonces que los pranes se sientan los soberanos de su territorio. Este es un problema moral que debe ser abordado desde la reflexión ética, pero las propuestas electorales carecen de este aspecto, y se centran sólo en lo instrumental.

ÚLTIMA REFLEXIÓN

Lo que he presentado ha sido con la intensión de generar dudas en usted, y que de esta forma vaya por las propuestas políticas y las re-lea, o las lea si aún no lo ha hecho, aún queda tiempo, y me interesó dirigir la reflexión por temas que son muy pocos tratados en el ámbito mediático, que es el que le llega a todo el mundo lamentablemente, sin embargo debo hacer una reflexión final. Lo que hemos denominado errores metodológicos, o de enfoque, no los podemos pensar como errores de compresión, como si se tratara de una evaluación académica, estos “errores” obedecen a la postura ideológica manifiesta en cada Programa:

·   La propuesta de Henrique Capriles Radonski expresa claramente la concepción de seguridad que ha construido la democracia liberal-burguesa, todos los elementos que expone sobre la materia apuntan a esta concepción, por lo tanto, a lo interno de dicha propuesta, lo que expone no es contradictorio ni errado, porque esa es la forma que tiene esta concepción para validar lo que dice, y justificar su accionar político.

·         La Propuesta de Hugo Chávez Frías expresa claramente dos concepciones que están en contradicción: por un lado una que intenta profundizar en las condiciones sociales para transformarlas, y por el otro lado, una concepción que concibe sólo instrumentalmente la profundización de dichas condiciones sociales, lo que genera contención de la transformación social y por lo tanto un grave obstáculo para esta, porque lo instrumental se impone sobre lo social.

Son muchos los temas que no fueron tocados en este documento (para el debate), y por lo tanto esferas que han quedado por fuera de la reflexión, sin embargo, es imposible asumir la plenitud de una discusión tan compleja en un ejercicio como el presente, le invito a continuar con el debate y por lo tanto, abordar esos elementos que seguramente usted considera como fundamentales, o aquellos que cree que fueron erróneamente tratados en este. Muchas gracias, salud y solidaridad.

PARA QUIENES DESEEN PROFUNDIZAR EN EL TEMA LES RECOMIENDO:

Las siguientes compilaciones publicadas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), con sede en ecuador:
·         Economía política de la seguridad ciudadana, del año 2009.
·         Un lenguaje colectivo en construcción: el diagnóstico de la violencia, del año 2009.
·         Seguridad multidimensional en América Latina, del año 2008.
Y la obra de Eduardo Galeano: Patas arriba, la escuela del mundo al revés, del año 2009, publicada por Siglo XXI Editores.

Comentarios

  1. Es importante resaltar en la propuesta de chavez la participacion ciudadana en el organo jurisdiccional (tribunales municipales) y en la comision de prevencion integral.. como contralor y supervisor.

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  2. El gran Jerry ahora recuerdo porque te coloque en mi lista de spam en el correo electrónico.

    Es broma...

    Te soy sincero, leí la introducción y las reflexiones finales (las razones te las expongo en un correo electrónico). No había analizado estas elecciones a fondo, pero ya veo que la sensación que tengo a cerca de estas, expresada en mi slogan político durante este proceso, no es de gratis "... en Venezuela todo proceso político tiende a ser una pugna vulgar entre adecos y copeyanos". Esta frase podemos sustituir adecos y copeyanos, con sus equivalentes históricos, conservadores y liberales, patriotas y realistas, chavistas y opositores. Reconozco que mis conocimientos de la historia política del país son bastante someros y no planeo ahondar en ellos, pero es mi impresión.

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